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El mosquito, un diminuto insecto que, con sus largas y finas patas, se posa en nuestra piel para succionarnos la sangre.
En el mejor de los casos, nos deja una inflamación con picazón; en el peor, transmite enfermedades que pueden ser mortales.
Sabemos que están en todas partes y, aunque a menudo no los vemos, ese sonido de sus alas transparentes, similar a una trompetilla, puede desesperar a más de uno.
Para conocer a fondo a este pequeño enemigo, aquí te presentamos 5 datos que quizás no sepas sobre el mosquito.
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El mosquito representa una amenaza para la mitad de la población mundial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año unas 725.000 personas mueren por enfermedades transmitidas por estos insectos.
Y, según datos de la Fundación Bill Gates, el ser humano causa 475.000 muertes al año.
Pero no solo son las muertes, las enfermedades transmitidas por mosquitos -como la malaria, el dengue, la chikungunya o el zika- pueden incapacitar temporalmente a cientos de millones de personas.
Aunque en el mundo se conocen más de 2.500 especies de mosquitos, la mayoría no molestan a los humanos: se alimentan de plantas y néctar de frutas.
Son solo las hembras del 6% de las especies -como el Aedes aegypti y el Aedes albopictus- las que chupan sangre humana y de animales para desarrollar sus huevos.
A primera vista parece simple, el mosquito introduce su probóscide, ese apéndice alargado y tubular en la cabeza del mosquito, en nuestra piel.
Pero las apariencias engañan, lo que guarda esa trompa no es una, sino seis agujas.
Dos de ellas tienen pequeños dientes para penetrar la piel; otras dos sirven como pinzas para mantener la piel separada; y una aguja detecta nuestras venas y succiona nuestra sangre.
Y la sexta es para dejar las toxinas en el cuerpo, que causa la inflamación y la picazón.
Mientras la hembra succiona la sangre, elimina el exceso por detrás.
Es como si la exprimiera para obtener la mayor cantidad de nutrientes para sus huevos.
Según la revista National Geographic, estos insectos pueden pasar unos cuatro minutos chupando nuestro líquido.
“Succionan tan fuerte que los vasos sanguíneos comienzan a colapsar”, se lee en el artículo.
“Algunos vasos se rompen y esparcen la sangre alrededor”; y cuando esto sucede, el mosquito aprovecha y toma directamente del pozo que creó.
No todos los mosquitos hembra transmiten virus y parásitos que nos causan enfermedades.
Los que transmiten la fiebre amarilla, la malaria, el dengue y otros trastornos, lo hacen después de saciar su sed de sangre.
Justo antes de irse nos dejan como regalo el virus o el parásito con su saliva.
Esto es lo que nos enferma e incluso puede matarnos.
El virus o el parásito no afectan al insecto; solo usan al mosquito como transporte.
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