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EE. UU. abre Campamento East Montana con carpas provisionales y calor extremo para migrantes retenidos. Crédito: Composición El Popular/Meredhit Yañacc.
Camp East Montana comenzó a funcionar en instalaciones militares de Texas, en medio de protestas de activistas que critican sus condiciones. El centro inició operaciones con 1.000 camas en Fort Bliss, la base más grande del Comando de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, y el plan es ampliarlo hasta 5.000 plazas, lo que lo convertiría en uno de los complejos de detención más grandes del país.
Las imágenes revelan que el lugar fue construido con carpas militares sin aislamiento térmico. Tampoco cuenta con sistemas de climatización ni protección contra polvo, viento o radiación solar, lo que es preocupante en una zona donde las temperaturas llegan a los 40 °C en verano.
El centro está destinado a personas con órdenes de deportación definitivas, sin posibilidad de apelación. Así lo confirmó el senador republicano por Texas, John Cornyn, quien además insistió en que el lugar debe estar bajo supervisión del Congreso y con acceso para la prensa, en respuesta a denuncias de falta de transparencia en otros centros migratorios.
Aunque se han habilitado servicios básicos — como un área médica de atención primaria, asesoría legal por ONGs y abogados voluntarios, además de zonas recreativas — , organizaciones civiles advierten que la infraestructura no garantiza condiciones dignas. Comparan Camp East Montana con “Alligator Alcatraz”, un centro en Florida conocido por exponer a los migrantes a un calor extremo y sin suficiente acceso a defensa legal.
Defensores de los derechos humanos alertan que este nuevo centro revive un pasado doloroso. La abogada Savannah Kumar, de la ACLU en Texas, recordó que Fort Bliss fue utilizado en la Segunda Guerra Mundial para internar a personas de ascendencia alemana, italiana y japonesa, y más recientemente para detener a menores no acompañados entre 2016 y 2023, algunos de los cuales sufrieron abusos graves.
Kumar advirtió que las carpas del campamento exponen a los migrantes a riesgos mortales por el calor extremo del desierto texano, calificando el proyecto como “cruel y peligroso”. Mientras tanto, el Pentágono aprobó el uso de otras bases como Camp Atterbury en Indiana y McGuire DixLakehurst en Nueva Jersey, además de seguir con traslados a Guantánamo. Autoridades del DHS defendieron la medida como parte de un plan masivo para ampliar la capacidad de detención en Estados Unidos, con el apoyo del Congreso y del presidente Trump.
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