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“No hay medidas para recordarla: Angelita es un ser de luz”, expresó su hermano Ángel Curiel.
En una ceremonia íntima, la familia de Angelita Curiel, más conocida como “La Mulatona”, le dio el último adiós a la vedette dominicana la tarde de este domingo en el cementerio Cristo Redentor.
Los servicios fúnebres se llevaron a cabo desde el mediodía en la Funeraria Inavi (Savica), en la calle Pasteur, Gascue, donde allegados y familiares se congregaron para despedir a quien en los años 80 iluminó los escenarios con un carisma sin igual.
Aunque su hijo, Steven Curiel, solicitó a la prensa mantenerse al margen del acto fúnebre, este deseo no provino inicialmente de sus familiares, sino de la propia Angelita antes de fallecer, según su hermano Ángel Curiel.
Con esfuerzo para contener el llanto, Ángel rememoró la otra faceta de la vedette, como hermana, hija y madre.
“Más allá del escenario, Angelita fue una hija ejemplar, una madre extraordinaria y la mejor hermana que cualquiera pudiera anhelar. No hay medidas para recordarla: Angelita es un ser de luz”, dijo.
Ángel, con la voz entrecortada, reveló lo que finalmente le arrebató la vida a su hermana.
Contó que Angelita sufrió un mareo súbito que desencadenó un accidente cerebrovascular (ACV). Esto causó que cayera por las escaleras de su casa y obligó a trasladarla de inmediato al hospital.
A partir de ese momento, comenzaron las complicaciones. Los médicos diagnosticaron una fractura en la cadera izquierda, además de una hemorragia interna que agravaba aún más la situación.
Ángel contó que los médicos les informaron que necesitaban pintas de sangre.
“Ante esta información y a la bendita intervención de la primera dama de la República, mi hermana fue intervenida rápidamente”, y pudieron llevarla a la Plaza de la Salud, donde se le realizó una transfusión de sangre.
Pero el daño ya era considerable. El ACV afectó sus riñones, el hígado y las vías urinarias. Su cuerpo empezó a colapsar gradualmente, complicándose también los pulmones.
Ángel reconoció la entrega del personal médico: “Hicieron todo lo posible, un trabajo admirable, pero al parecer cuando te llega el momento, te llega”.
“La Mulatona”, apodo que surgió en el programa El Show del Mediodía durante un segmento de humor de Freddy Beras Goico, creció con su energía y sus sensuales vestuarios llenos de pedrería.
Aquella mujer que bailaba al compás de la canción de Piro Valerio, popularizada por Rafaelito Martínez en los 60, se convirtió en un ícono televisivo de toda una época.
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