Entretenimiento

Sube y baja

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Siempre me ha parecido ruin y pusilánime que, al dejar su puesto o fallecer una figura pública, surjan críticos tardíos que se callaron sus opiniones en el rincón más oscuro de su ser cuando estas, raras veces constructivas y por lo común llenas de resentimiento, podrían haber sido tomadas en cuenta o rebatidas.

Pienso ahora en la renovación del equipo completo de comunicadores, periodistas y publicistas de la Dirección de Estrategia y Comunicación Gubernamental (DIECOM), órgano de la Presidencia de la República, que en los últimos años estuvo liderada por Homero Figueroa.

A él le expresé mis críticas en público y en privado antes de que dejara el cargo.

Tuvo más aciertos que errores. Entre sus logros, contribuyó a que los niveles de popularidad del presidente Abinader se mantuvieran bastante altos, incluso en momentos de gran descontento como la reforma tributaria.

Ningún jefe de prensa o de relaciones públicas convierte por arte de magia políticas grises en popularidad dorada, por mucho dinero que se gaste en publicidad o en alimentar a las ineficaces boas mediáticas que solo sirven para perjudicar, nunca para construir discursos ni proponer buenas ideas.

Mientras cada ministerio o feudo de poder gubernamental disponga de más dinero que criterio para sus comunicaciones públicas, cada cual resaltando su parte en vez del todo, difícilmente el coro de voces oficiales logrará armonía ni seguir el ritmo del dueño y director de la orquesta.

Asimismo, es vergonzosamente inútil mucha publicidad estatal de entidades sin actividad comercial ni de servicio público.

Ojalá el experimentado Félix Reyna, nuevo jefe de la DIECOM, aproveche las valiosas experiencias de su predecesor, continúe lo bueno y corrija lo mejorable, sin olvidar que todo lo que sube, algún día baja y más vale caer con suavidad.

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