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Si bien hay causas metabólicas y sistémicas -como la diabetes y la hipertensión- una gran proporción de pacientes desarrolla insuficiencia renal secundaria a problemas urológicos.
Estos procesos afectan el flujo de orina, la integridad del tejido renal o la dinámica de la vejiga, y, si no se detectan a tiempo, terminan perjudicando la función renal de manera permanente.
A continuación, se describen las principales enfermedades urológicas que pueden causar insuficiencia renal, diferenciando aquellas más frecuentes en hombres, en mujeres y las comunes a ambos sexos.
-Hiperplasia prostática benigna (HPB): exclusiva de los hombres, se caracteriza por el crecimiento de la próstata que dificulta la salida de orina. Cuando la obstrucción es prolongada, se produce retención urinaria, hidronefrosis y daño renal progresivo.
-Estenosis uretral: afecta a ambos sexos, aunque es más común en hombres por antecedentes de traumatismos o cirugías. El estrechamiento de la uretra impide un vaciado adecuado de la vejiga, lo que incrementa la presión retrógrada hacia los riñones.
-Cálculos urinarios (litiasis): en hombres y mujeres, los cálculos de gran tamaño o de localización obstructiva pueden bloquear la vía urinaria, ocasionar infecciones repetidas y pérdida de función renal.
-Tumores pélvicos: cáncer de próstata, vejiga, cuello uterino u ovario pueden obstruir los uréteres y llevar a insuficiencia renal si no se corrigen.
Las infecciones recurrentes o mal tratadas también constituyen una causa común de daño renal.
Pielonefritis crónica: las infecciones repetidas del riñón producen cicatrices que, con el tiempo, reducen la función renal. Es más común en mujeres debido a la corta longitud de la uretra.
Tuberculosis genitourinaria: infección poco común, pero grave, que destruye progresivamente el tejido renal, entre otras cosas.
Alteraciones funcionales de la vejiga: Vejiga neurogénica: secundaria a lesiones neurológicas (trauma medular, esclerosis múltiple, espina bífida, diabetes). El vaciado incompleto produce reflujo vesicoureteral y daño renal progresivo.
Patologías congénitas urológicas: Algunas malformaciones estructurales predisponen al deterioro renal desde etapas tempranas.
Estenosis de la unión pieloureteral: Estrechamiento congénito que impide el flujo normal de orina desde el riñón hacia el uréter.
Válvulas uretrales posteriores en niños: Una de las causas más graves de insuficiencia renal en varones pediátricos.
Cáncer de riñón: puede ocasionar pérdida de función por infiltración directa o nefrectomía.
Cáncer de vejiga y próstata: con frecuencia producen obstrucción ureteral.
Cáncer ginecológico avanzado (cérvix, ovario, endometrio): en mujeres puede invadir la vía urinaria y provocar insuficiencia renal obstructiva.
Diferencias entre hombres y mujeres: en hombres, predominan las causas obstructivas por hiperplasia prostática benigna y cáncer de próstata.
En mujeres, son más frecuentes las infecciones urinarias recurrentes y las complicaciones derivadas de cáncer ginecológico avanzado.
En ambos sexos, la litiasis urinaria, la vejiga neurogénica y el reflujo vesicoureteral representan riesgos importantes de insuficiencia renal.
Las enfermedades urológicas representan un factor clave en la progresión hacia la insuficiencia renal crónica en hombres y mujeres.
La mayoría de estos trastornos comparten un mecanismo común: obstrucción al flujo urinario, infecciones recurrentes o disfunciones vesicales que, mantenidas en el tiempo, producen daño irreversible en el riñón.
La detección temprana, el tratamiento oportuno y el seguimiento especializado son fundamentales para evitar que una patología urológica potencialmente reversible se convierta en una enfermedad renal terminal que requiera diálisis o trasplante.