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Chicago modifica sus hábitos por los operativos migratorios: algunos portan pasaportes y evitan las tiendas

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CHICAGO (AP) — Las vías de varios de los barrios más vibrantes de Chicago permanecen calmadas en estos momentos.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

CHICAGO (AP) — Las vías de varios de los barrios más vibrantes de Chicago permanecen calmadas en estos momentos. Los docentes de las escuelas públicas buscan que los hogares temerosos puedan seguir la educación virtual. Y los centros religiosos aconsejan a la gente llevar su documento de identidad a todos lados.

Mientras la tercera ciudad más poblada del país aguarda una intervención federal mediática, los residentes modifican sus rutinas cotidianas. El presidente, Donald Trump, ha asegurado que Chicago experimentará un aumento en las deportaciones y la presencia de la Guardia Nacional, enfocándose en bastiones demócratas. Aunque la sensación de vulnerabilidad no es nueva, sobre todo entre los migrantes, muchos afirman que esta vez el temor es más intenso y los preparativos más drásticos.

Incluso Sam Sánchez, propietario de un restaurante en Chicago que votó por Trump, criticó los planes del republicano para la urbe. Como ciudadano estadounidense de origen mexicano, también está tomando precauciones.

“Están haciendo perfilamiento”, comentó respecto a los agentes federales. “Mi esposa y yo fuimos a una boda y le dije: ‘Lleva tus papeles de ciudadanía’”.

**Menor afluencia de clientes**

Se observa una notable disminución en la cantidad de vendedores ambulantes en el barrio de La Villita, y los comercios reportan menos flujo de clientes. El enclave, mayoritariamente mexicano, alberga un tramo de 3,2 kilómetros (2 millas) de tiendas y restaurantes que a menudo se destaca como uno de los distritos comerciales con mayor recaudación de Chicago, después de la Avenida Michigan.

“Las calles que antes estaban llenas se están apagando”, señaló Galilea Méndez, de 25 años, visitante de los suburbios.

En el vecindario ya se habían aplicado leyes migratorias antes. Los residentes recuerdan de inmediato una redada diurna en 2007 que clausuró un popular centro comercial y cómo en 2019, en el primer mandato de Trump, se intensificó la aplicación de la ley. Otra ola de temor llegó en enero, cuando el gobierno de Trump lanzó una operación nacional desde Chicago.

Pero ahora la sensación es más aguda. Laura Padilla, que lleva unos 20 años vendiendo ropa en la zona, dijo que desde que comenzó el segundo mandato del republicano, las calles están “muertas”.

Otra veterana vendedora del barrio, Xochitl Martínez, afirmó que Trump debería enfocarse en mejorar la vida de los latinos. “Tiene que apoyar a los latinos para que podamos trabajar, para que las tiendas puedan abrir, para que haya más ventas, para que podamos prosperar y levantar a nuestras familias y al país”, declaró.

Las celebraciones por el Día de la Independencia de México, que Chicago conmemora durante semanas con caravanas, desfiles y festivales, han sido más discretas. Un festival fue cancelado y otros reforzaron la seguridad.

Los abogados de inmigración indican que sus clientes temen acudir a citas, incluso ante los tribunales. Las iglesias con grandes congregaciones de migrantes están notando una caída en la asistencia.

Fabio Fernández, propietario de 3W‑We Will Win, una empresa de arte y camisetas en el barrio mayoritariamente latino de Pilsen, dijo que hay un ambiente de ansiedad e incertidumbre y ha visto menos clientes. “No deberíamos temer o sentir que no podemos caminar por las mismas calles que solemos recorrer”, apuntó.

**Detenciones recientes**

Algo que alimenta el miedo entre los habitantes de Chicago es la escasa información sobre lo que el gobierno federal planea hacer. Las llamadas a una línea de emergencia de activistas para reportar arrestos de carácter migratorio han aumentado en los últimos días, incluyendo datos que no pudieron confirmarse o resultaron erróneos.

“La maquinaria de deportación lleva décadas operando”, afirmó Antonio Gutiérrez, de Comunidades Organizadas Contra las Deportaciones. “Esto se siente sin precedentes”.

Un puñado de detenciones de inmigrantes durante el fin de semana movilizó a los principales grupos de defensa de los derechos de los migrantes en la ciudad. Los activistas indicaron que cinco personas en una zona predominantemente latina, entre ellas una vendedora de flores de larga data, fueron objetivo de agentes federales armados y enmascarados.

Los funcionarios federales dijeron que los arrestos forman parte de la actividad continua del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE) y resultaron en la detención de cuatro personas con antecedentes penales. Los arrestos se producían un día antes de que el Departamento de Seguridad Nacional anunciara una nueva operación en Chicago, motivada por sus leyes de santuario, que limitan la cooperación entre la policía local y agentes federales.

No estaba claro qué papel jugaría esa operación dentro del marco más amplio de la intervención federal, pero activistas y funcionarios electos indicaron que la situación parecía intensificarse.

“Están ganando impulso”, comentó el martes el gobernador de Illinois, JB Pritzker.

Pritzker y el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, se oponen a cualquier movilización federal y han prometido recurrir a los tribunales.

**Algunos llevan pasaportes**

Abogados y activistas han instado durante meses a los migrantes a portar su documentación y a compartir su paradero. El mensaje se ha extendido recientemente a ciudadanos estadounidenses y a comunidades negras y LGBTQ.

Vianney Alarcón, de 42 años, dice que ha empezado a llevar su pasaporte cuando sale de su casa en el North Side. Sus padres también portan sus tarjetas de residencia.

“Es simplemente desalentador”, afirmó.

Cerca del 20 % de los 2,7 millones de habitantes de Chicago nacieron en el extranjero. La mayoría proviene de México, China e India, según estimaciones del censo. Racialmente, los residentes blancos, negros y latinos representan aproximadamente un tercio de la población, con una menor proporción de asiáticos.

Esta semana, un grupo de pastores, imanes y rabinos instó a todos los residentes a portar identificación, grabar los encuentros y protestar. El llamado llega después de que la Corte Suprema levantara una orden de restricción que impedía a las autoridades migratorias de Los Ángeles arrestar a personas únicamente por motivos como la raza.

“Lucharemos por esta ciudad”, dijo el reverendo Otis Moss III, de la Iglesia Unida de Cristo de la Trinidad, la influyente iglesia negra frecuentada por el expresidente Barack Obama.

**Los docentes buscan clases en línea**

A pesar de la impopularidad generalizada de la educación a distancia, el Sindicato de Maestros de Chicago quiere que las escuelas ofrezcan esa opción a los estudiantes que temen ser blanco de agentes migratorios.

La presidenta del sindicato, Stacy Davis Gates, señaló que Chicago debería seguir el ejemplo de Los Ángeles: sus escuelas ofrecieron modalidades en línea durante la campaña antiinmigración a principios de año.

“Como contaban con la infraestructura para el aprendizaje virtual, pudieron dirigir a los jóvenes a esos espacios”, indicó.

Los directivos de las Escuelas Públicas de Chicago dijeron que el distrito continuará con la instrucción presencial, pero reevaluará la decisión según sea necesario. “La enseñanza en persona sigue proporcionando la base más sólida para el aprendizaje”, afirmaron.

En cartas a los padres, los funcionarios del distrito reiteraron que las escuelas no colaboran con el ICE ni solicitan el estatus migratorio. Además, señalaron que los niños que no se sientan seguros al regresar a casa podrían refugiarse en una iglesia o en una estación de bomberos y crear grupos de chat en el vecindario.

Los maestros del distrito, predominantemente negro y latino, han estado distribuyendo folletos informando a las familias sus derechos. “Sabemos que estar informados es la mejor manera de empoderar a nuestras comunidades para que se mantengan seguras”, dijo Linda Perales, maestra de educación especial.

O’Connor informó desde Springfield, Illinois. Las periodistas de The Associated Press Melina Walling y Laura Bargfeld en Chicago contribuyeron a este despacho.

Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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