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Nueva York, EE. UU.– Este día se recordó el vigésimo cuarto aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001, una de las catástrofes más devastadoras de la historia reciente de Estados Unidos, que causó aproximadamente 3 000 fallecidos y supuso un punto de inflexión en la política internacional. Además de los rituales habituales en territorio estadounidense, en esta ocasión también se llevaron a cabo homenajes en Kosovo.
En Pristina, capital de Kosovo, altos cargos del Estado se sumaron a la jornada conmemorativa. La presidenta Vjosa Osmani, el presidente del Parlamento Dimal Basha y el primer ministro interino Albin Kurti lideraron una ceremonia ante la placa memorial situada en el patio del Gobierno y del Parlamento a las 09:00 (hora local), rindiendo tributo a las víctimas y manifestando su apoyo al pueblo estadounidense.
Kosovo ha cultivado una estrecha relación con Estados Unidos desde la conflictiva guerra de los Balcanes y ha reafirmado en varias oportunidades su respaldo a los principios de libertad y democracia.
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En EE. UU., miles de individuos acuden hoy a actos solemnes en varios lugares del país, con el epicentro en la Zona Cero de Nueva York, donde los aviones secuestrados por la organización terrorista Al Qaeda provocaron la caída de las Torres Gemelas.
Más allá de los eventos oficiales, el 11‑S se ha convertido en una jornada de servicio comunitario y voluntariado en EE. UU. Diversas comunidades planifican iniciativas benéficas y humanitarias para rendir homenaje al legado de las víctimas y al valor de quienes actuaron ese día.
Bomberos, policías, paramédicos y ciudadanos que pusieron en riesgo su vida son recordados como héroes nacionales.
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