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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, lleva el mando desde 2022 bajo un estado de excepción que, según la administración, tiene como objetivo combatir a las pandillas. La disposición permite detenciones sin orden judicial y ha sido cuestionada por organizaciones defensoras de los derechos humanos.
El país se ubica como la nación de América Latina y el Caribe que ha experimentado el deterioro más veloz de la democracia en los últimos años, de acuerdo con un informe de un organismo intergubernamental divulgado este viernes.
“Es el país que ha registrado la caída más rápida en indicadores democráticos durante la última década en la región”, declaró a la AFP Marcela Ríos, directora regional de IDEA Internacional.
El 31 de julio, el Congreso salvadoreño, dominado por Bukele, aprobó la reelección indefinida para garantizar la continuidad del mandatario, quien goza de gran popularidad por su “guerra” contra las pandillas.
El Salvador “es un caso de alerta porque muestra que incluso democracias electorales que funcionan de manera regular y estable pueden deteriorarse rápidamente”, agregó Ríos, exministra de Justicia de Chile, tras presentar en Panamá el capítulo regional de un informe global publicado el jueves en Estocolmo.
El estudio regional analiza, en 27 países, indicadores de libertad de prensa, participación política, Estado de derecho e igualdad social.
En El Salvador se ha registrado “una marcada caída en las libertades” y “un deterioro” del Estado de derecho y la independencia judicial, señaló Ríos. Además, se citan “trampas”, al igual que en otras naciones, “para consolidar regímenes autoritarios mediante reelecciones indefinidas”.
“El modelo Bukele no ha estado exento de costos devastadores. El Salvador tiene actualmente la mayor tasa de encarcelamiento del mundo, con 85 000 reclusos entre una población de seis millones, incluidos miles de menores”, indica el reporte.
Asimismo, el país figura entre los casos “más graves” de pérdida de la independencia judicial, junto a Afganistán, Chad, Birmania y Túnez. Son “comunes” la tortura, las desapariciones forzadas, las muertes bajo custodia y el abuso e intimidación policial, añade el informe.
IDEA destaca que en los últimos cinco años la región ha vivido retrocesos democráticos por elecciones no creíbles, ausencia de separación de poderes o violaciones de derechos humanos.
Nicaragua y Venezuela “llevan bastante tiempo como regímenes autoritarios” y en Haití “prácticamente no se cumplen los requisitos básicos de un sistema democrático” por un “colapso generalizado de las instituciones”, dijo Ríos. “Brasil, en América Latina y a nivel global, junto con Colombia, son dos de los países que han tenido las mayores mejorías en materia democrática”, añadió.
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