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Anthony Rizzo festejó su jubilación en las icónicas graderías del Wrigley Field. Fue una jornada bastante ajetreada. El sábado, Rizzo se incorporó a los Chicago Cubs como embajador del club. El robusto primera base lanzó el primer tiro ceremonial al jardinero de los Cubs, Ian Happ, uno de sus antiguos compañeros, antes de ocupar un asiento en las gradas del jardín izquierdo para el encuentro vespertino contra Tampa Bay. Rizzo, de 36 años, estuvo a punto de atrapar el primer jonrón de la carrera de Moisés Ballesteros con Chicago en la segunda entrada, pero la pelota se le escapó de las manos. Un fanático que estaba junto a él recuperó la bola. El veterano de 14 temporadas en las Grandes Ligas comentó que planeaba tomar un hot‑dog, beber alguna copa de adulto y, quizás, lanzar una pelota de béisbol a Happ en el jardín izquierdo. «Tengo un día para vivirlo al máximo», declaró Rizzo. Debutó en las Grandes Ligas con San Diego en 2011, pero alcanzó la fama al ser traspasado a Chicago en enero de 2012.
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