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“Charlie constituía una de las escasas figuras que realmente intervenía en lo que más necesitamos: el debate y la conversación entre personas con intensos desacuerdos”, afirmó Rubio, añadiendo que incluía en sus discusiones a individuos cuyas “opiniones son totalmente contrapuestas”. Además, por la estrecha vinculación que el joven de 31 años tenía con el presidente de EE. UU. y otros miembros de la Casa Blanca, el máximo responsable de la diplomacia estadounidense sostuvo que su fallecimiento representaba “una mezcla de asesinato político y muerte familiar”. Leer más: Qué hace el FBI para capturar al asesino de Charlie Kirk. Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, subrayó la necesidad de que “el legado” de Kirk no desaparezca con su asesinato e incitó a tomar medidas contra “las amenazas de incitación tóxica de quienes rechazan la libertad de expresión”. “Me parece un problema general. Considero que el mundo actual, Occidente, EE. UU. e Israel, se enfrentan a una violencia extraordinaria por parte de adversarios políticos dentro de sus propias naciones. Una violencia extraordinaria”, manifestó Netanyahu, quien recordó el intento de asesinato contra Trump y confesó que él mismo recibe “amenazas de muerte casi a diario”. Kirk fundó la organización conservadora Turning Point USA —creada para propagar valores conservadores y de libre mercado en los campus universitarios— y era una de las jóvenes caras del movimiento Make America Great Again (MAGA), promoviendo un discurso de extrema derecha. Fue abatido con un disparo al cuello en la Universidad de Utah Valley el 11 de septiembre pasado.
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