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El intérprete y cineasta Robert Redford, una de las figuras más icónicas del séptimo arte estadounidense, falleció hoy en su casa de Sundance, ubicada en las montañas de Utah, a los 89 años.
El anuncio fue corroborado por el diario The New York Times, citando un comunicado de su representante, Cindi Berger, quien precisó que el fallecimiento ocurrió mientras dormía, sin detallar la causa.
La leyenda de Hollywood deja una marca indeleble en la historia del cine.
Su mera presencia insuflaba vida y carisma a la pantalla, como lo evidenciaron cintas clave como “El golpe” (1973) o “Todos los hombres del presidente” (1976).
Obtuvo un Oscar en 1980 por su labor como director en la película “Ordinary People”, que alcanzó seis nominaciones, y fue candidato a la estatuilla en diversas oportunidades.
Asimismo, encabezó aclamados éxitos cinematográficos como “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (1969), “The Sting” (1973), “The Great Gatsby” (1974) y “Barefoot in the Park” (1967), junto a Jane Fonda.
En el imaginario colectivo persiste la memorable escena de “Memorias de África” (1985), donde, bajo la dirección de Sidney Pollack, su personaje lava el cabello de Meryl Streep, uno de los momentos más icónicos de la gran pantalla.
Famoso por su encanto, destreza y dedicación al cine, Redford brilló no solo como actor, sino también como director y creador del Festival de Cine de Sundance, plataforma que abrió camino a generaciones de realizadores independientes.
Su fallecimiento señala el cierre de una época dorada en Hollywood, pero su legado seguirá vivo en cada una de sus interpretaciones y en el impacto cultural de su obra.
En agosto de 2018 Redford comunicó que se retiraría de los papeles actorales tras concluir un par de proyectos más, decisión tomada a los 81 años, sin precisar si continuaría su trayectoria como director.
Su última cinta como protagonista resultó ser “The Old Man & The Gun” (2018), donde interpretó al ladrón de bancos Forrest Tucker, compartiendo pantalla con Sissy Spacek y Casey Affleck.
Al enterarse de su deceso, directores dominicanos entrevistados por Qué Pasa! resaltaron el legado del actor y cineasta estadounidense, no solo en el séptimo arte, sino también en la creación de un espacio para nuevas voces del cine mundial.
Fue más allá
Ángel Muñiz, responsable de “Nueba Yol: Por fin llegó Balbuena” (1995), manifestó su admiración por Redford y por esa generación de actores que no se limitaron a seguir un guion, sino que decidieron escribir, producir y dirigir sus propias historias.
“En el caso de Redford, la cosa se llevó más lejos y creó uno de los festivales más prestigiosos del planeta, para que se exhibieran filmes que otros festivales rechazaban por su discurso. Así nació el Instituto Sundance”, señaló Muñiz.
Una gran pérdida
Alfonso Rodríguez, cineasta y cónsul dominicano en Los Ángeles, destacó que, además de haber rodado en el país junto a Sidney Pollack la superproducción “Havana”, una de las mayores producciones internacionales filmadas en República Dominicana, el verdadero valor de Redford residía en su capacidad de criticar la propia industria que lo consagró.
“Aunque fue un privilegiado de Hollywood y el actor mejor pagado de su época, se convirtió en uno de sus críticos más duros. Por eso se mudó a Colorado, donde instaló su campamento y dio vida al Festival de Cine de Sundance”, apuntó.
Rodríguez añadió que, pese a regresar esporádicamente a Hollywood cuando lo convocaban, Redford nunca dejó de cuestionar “la podredumbre que envuelve esa industria, donde a menudo nada se hace con sinceridad”. Para el realizador dominicano, la partida de Redford constituye una enorme pérdida.
Una gran dupla
Para el emergente director Tabaré Blanchard, Robert Redford fue “el Brad Pitt de su época”, aunque subraya que su magnitud artística lo colocó muy por encima de Pitt.
“Al estilo de Dean Martin y Jerry Lewis, Redford formó una gran asociación con Paul Newman como directores. Como actor, empresario y realizador fue gigantesco, aunque esta generación no sepa quién es”, señaló Blanchard.
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