Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
La Reserva Federal de EE. UU. ha reducido su tasa de interés en 25 puntos básicos. Teóricamente, debería ser una noticia favorable para nosotros. Cuando la Reserva Federal relaja su política monetaria, se espera que, entre otras cosas, haya una mayor entrada de capitales en busca de mejores rendimientos y que paguemos menos intereses por la deuda en dólares.
El problema está en casa
Sin embargo, lo desconcertante es que, aun con un entorno externo más propicio, los dominicanos comunes no siempre perciben el impacto en sus bolsillos.
¿Por qué? Porque, aunque el Banco Central ha realizado algunos ajustes, no ha conseguido que esas ventajas nos alcancen.
En noviembre de 2022, la tasa de política monetaria del Banco Central era del 8,5 %. En ese momento, las tasas activas estaban en 13,17 %. Desde entonces, el BC ha llevado la tasa de política a 5,75 %, pero la tasa de interés del sector financiero en agosto de este año alcanzó 14,78 %.
Es por eso que nadie asegura que una nueva baja en la tasa de política del BCRD se refleje en las tasas de interés de los préstamos.
En síntesis, aunque el gobierno pueda financiarse a menor costo y las grandes empresas estén satisfechas, el dominicano promedio seguirá pagando tarjetas de crédito con costos exorbitantes y préstamos personales que le quitan el sueño.
Si el Banco Central no aprovecha este momento para actuar con más decisión, corremos el riesgo de quedarnos atrapados en una economía de “dos velocidades”.
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