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El dominicano Machado ha conectado dos cuadrangulares con bases cargadas y acumula 14, colocándose a la cabeza entre los jugadores activos de las Grandes Ligas.
Con las bases repletas, el último lanzador que cualquier pitcher antagonista desea enfrentar en el plato es Manny Machado. El siete veces All‑Star volvió a evidenciar el porqué del miércoles nocturno.
Machado abatió un grand slam que quebró el empate contra David Peterson en la quinta entrada, consignando a los Padres de San Diego una victoria 7‑4 frente a los Mets de Nueva York en un enfrentamiento decisivo entre contendientes a los playoffs.
“Lo único que valoro de Manny es su serenidad”, dijo el mánager de los Padres, Mike Shildt. “Simplemente no se deja llevar por el momento. Ya sabes, muchos, con bases cargadas, intentan sobrepasarse. Manny entiende quién manda en esa situación, y él es el bateador. Sabe: ‘Voy a ejecutar bien mi turno al bate’. Le dio un potente golpe”.
Machado puso a los Padres al 6‑2 con su segundo grand slam de la campaña y el decimocuarto de su trayectoria, el récord entre los actuales. Fue el primer grand slam que Peterson había concedido en 130 partidos de MLB.
“Solo intentaba impulsar una carrera”, comentó Machado. “En esa oportunidad, se trata de anotar. No intentar exagerar. Ya sabes, mantenerlo sencillo. Creo que a veces uno se acostumbra a querer que los anotemos, a ser el héroe. Pero al final, es solo lograr una carrera”.
El triunfo dejó a los Padres a dos partidos de los Dodgers de Los Ángeles, cabeza de la División Oeste de la NL, con diez jornadas restantes. Se separan cinco juegos de los Mets en la pelea por el segundo puesto de los tres comodines de la NL.
Los Mets se conservaron 1.5 juegos por encima de Arizona en la lucha por el último boleto a la postemporada de la NL. Cincinnati y San Francisco quedaron a dos partidos.
“Parecía una contienda de playoffs”, comentó Shildt.
El marcador estaba 2‑2 cuando los Padres cargaron las bases con una eliminación en la quinta entrada.
Tras caer 0‑2 en la cuenta, Jake Cronenworth recibió un sinker de Peterson en el octavo lanzamiento de su aparición al plato, con la cuenta 2‑2. Cronenworth avanzó con un sac fly de Elias Díaz, y Fernando Tatis Jr. transformó una cuenta 1‑2 en una base por bolas después de siete lanzamientos.
El triple campeón de bateo, Luis Arraez, colocó un toque sencillo que impulsó a Machado. Después, lanzó una curva con bases cargadas que se elevó sobre la pared del jardín central izquierdo, logrando su 26.º cuadrangular de la temporada y el tercero en sus últimos cuatro encuentros.
“Conversamos mucho sobre esto: amamos los cuadrangulares. Ya sabes, los pequeños detalles conducen a los grandes”, señaló Shildt. “Muchos turnos al bate sólidos y de calidad. El toque de Luis le abrió la puerta a Manny, y Manny lanzó un swing acertado. Numerosos turnos al bate estratégicos. Un juego excelentemente disputado en todos los aspectos, sinceramente, por ambas escuadras. Sin duda, fue una contienda de béisbol muy bien ejecutada por nuestro lado”.
El grand slam de Machado otorgó un margen amplio, de modo que un error en el corredor de bases en la sexta no penalizó gravemente a San Diego.
Díaz redujo la velocidad al acercarse al home y no consiguió anotar desde segunda con un sencillo antes de que Arraez fuera retirado para cerrar la entrada.
Arraez intentó, erróneamente, convertir el golpe en un doble con Machado en lista.
“Creí que era un hit, así que pensaba anotar sin problemas. Por eso reduje la velocidad al final. Jamás imaginé intentar un doble”, comentó Díaz, asumiendo total responsabilidad. “Hay que ejecutarlo al cien por ciento”.
Al percatarse de que no cruzó el home a tiempo, Díaz, tímidamente, se llevó las manos a la cabeza.
“Nos alegra que no fuera una carrera decisiva”, manifestó Shildt. “Lo di por sentado un poco. Pero sirve como recordatorio de que mientras no toques el home, no has anotado, antes de que la jugada concluya”.
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