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“Si Afganistán no devuelve la base aérea de Bagram a sus constructores, los Estados Unidos de América experimentarán consecuencias negativas”, escribió Trump en su plataforma Truth Social, intensificando la amenaza en sus últimos mensajes.
Aunque Trump culpó a EE. UU. de haber construido la base, en realidad fue erigida en los años 50 por la Unión Soviética, que más tarde la transformó en el núcleo de su invasión durante la década de 1980.
Después de la retirada soviética y una sangrienta guerra civil, las fuerzas estadounidenses tomaron el control en 2001.
Trump reiteró ayer la posibilidad de recuperar la instalación, pese a que un alto talibán declaró ese mismo día que el gobierno de facto afgano rechaza la presencia militar estadounidense en su territorio.
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“Estamos dialogando con Afganistán, a quien nunca hemos abandonado”, aseguró el republicano, quien ha manifestado en la última semana su interés por retomar la base ubicada a unos 60 kilómetros al noroeste de Kabul.
Como en otras oportunidades, Trump criticó la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán en agosto de 2021, llevada a cabo bajo la administración de su predecesor, el demócrata Joe Biden.
La base aérea de Bagram fue el centro neurálgico del poder militar de EE. UU. en Afganistán durante las dos décadas de ocupación.
En su máximo esplendor, albergó a más de 40 000 personas, entre militares y contratistas, y funcionó como el principal nodo logístico y de operaciones para la coalición.
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