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MIAMI. — Juan Soto disfrutó una campaña de 30‑30 y rozó la marca de 40‑40, cerrando con 43 cuadrangulares, 38 bases robadas y un OPS de .921, en una primera temporada de gran impacto con los Mets.
Aun así, el club al que se adjudicó en la agencia libre no alcanzó los playoffs.
Los únicos cuatro equipos que no están disputando a Soto — los Yankees, los Red Sox, los Blue Jays y los Dodgers — seguirán en juego hasta octubre.
Sin embargo, Soto no ha expresado arrepentimiento alguno del contrato de 765 millones de dólares que firmó, el cual lo trasladó a Queens por 15 años.
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En su rueda de prensa de presentación, no habló del dinero, sino de la capacidad de los Mets para mantener una excelencia constante como el principal factor diferenciador.
Alabó el talento interno de la organización, y el propietario, Steve Cohen, le comentó que le gustaría cobrar de dos a cuatro títulos de Serie Mundial en la próxima década.
Después de un colapso histórico, en el que el mejor club del béisbol hasta mediados de junio terminó 38‑55 en los últimos tres meses y medio, Soto declaró que sigue confiando en la entidad.
“Cien por ciento”, afirmó Soto tras la aplastante derrota 4‑0 del domingo contra los Marlins en el LoanDepot Park, donde salió de 3‑0 con una BB. “Una temporada no va a definir lo que tenemos aquí. Todavía contamos con todo lo necesario para llegar al final”.
Un optimista podrá esperar un año sólido del sistema de ligas menores de los Mets, del cual emergieron prospectos prometedores como los abridores Nolan McLean, Brandon Sproat y Jonah Tong, junto a un núcleo ofensivo potente encabezado por Soto y Francisco Lindor, que vislumbra una recuperación inmediata.
Un realista, en cambio, formulará preguntas importantes a la organización tras el colapso histórico que, como escribió Hemingway, sucedió “gradualmente, luego de repente”.
Todo comenzó con la lesión de Kodai Senga y continuó con los problemas de Griffin Canning y Tylor Megill.
Frankie Montas volvió de una lesión sin efectividad y luego se lesionó de nuevo.
Sean Manaea retornó de su baja sin acercarse a lo que mostró en 2024.
“Se lesionaron”, señaló Soto al referirse a los titulares, y allí identificó el origen del problema. “Estuvieron fantásticos al inicio del año. Empezaron a lesionarse, y fue entonces cuando todo se quebró”.
La primera temporada de Soto con los Mets fue notable, aunque también quedará como una gran desilusión.
“Cada vez que no logras los playoffs o el campeonato, es un fracaso”, comentó Soto. “Así lo veremos y así es como lo corregiremos en la pretemporada”.
Un apunte
A todo vapor
Soto concluyó la campaña a toda máquina con 43 cuadrangulares —máximo de su carrera—, 105 impulsados, 120 anotados, 152 hits y cerca de una 40‑40, con 38 bases robadas. Su promedio de bateo quedó en .263.
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