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Nueva York — El rapero Sean “Diddy” Combs fue condenado este viernes a 50 meses de reclusión (aproximadamente cuatro años y dos meses) tras ser encontrado culpable de dos cargos de transporte con fines de prostitución, y deberá abonar una multa de 500 000 dólares.
Combs, de 55 años, había sido absuelto el pasado julio de los cargos más graves que se le imputaban, por crimen organizado y tráfico sexual, los cuales podrían haberle impuesto una pena máxima de cadena perpetua.
El artista apenas reaccionó ante la sentencia –que también incluye cinco años de libertad supervisada– aunque sí incluyó la cabeza y se mantuvo impasible mientras el juez federal a cargo del caso, Arun Subramanian, explicaba su decisión.
El magistrado le indicó a Combs que, aunque reconoce que es una figura “influyente” y un “artista autodidacta” con impacto en la comunidad afroamericana, no se puede pasar por alto que utilizó su poder para abusar “física y psicológicamente” de mujeres.
Subramanian añadió que gran parte de la violencia física que Combs ejerció contra sus entonces parejas, la cantante Cassie Ventura y una mujer que testificó bajo el alias genérico de Jane, estaba vinculada a los “maratones sexuales” o “freak offs” que el rapero organizaba entre proxenetas y sus ahora exparejas.
“Hemos leído sobre esta violencia y hemos visto imágenes de hematomas y otras lesiones, e incluso un video en el que golpea de manera brutal a Ventura”, señaló el juez a Combs.
Por ello, la pena debía ajustarse a la “gravedad” de los delitos cometidos y al impacto que tuvieron en las víctimas, especialmente en Ventura y Jane, quienes llegaron a contemplar el suicidio.
Subramanian también subrayó que, pese a la promesa de Combs de haber cambiado, el músico continuó agrediendo a Jane y participando con ella en “freak offs” incluso después de que Ventura presentara una demanda civil contra él y las autoridades iniciaran la investigación que derivó en la imputación de tráfico sexual y otros delitos.
Antes de que se dictara su sentencia, Combs tomó la palabra ante el tribunal y, haciendo largas pausas para respirar, pidió disculpas a Cassie Ventura y a Jane “por cualquier daño emocional o físico” que les pudiera haber causado.
También se excusó ante su familia, presente entre el público, y a “todas las víctimas de violencia de género” que han visto el vídeo viral en el que aparece golpeando brutalmente a Ventura en el pasillo de un hotel de Los Ángeles.
“Mis actos fueron horribles y vergonzosos. Estaba enfermo por las drogas. Necesitaba ayuda, pero nunca la pedí. De todas formas, eso no justifica nada, porque sabía actuar mejor, ya que mi madre y mi fe me habían enseñado a ser mejor”, declaró Combs durante su intervención.
El músico lamentó que sus hechos le hayan costado la libertad, su negocio, la posibilidad de educar a sus hijos y su reputación, pero sobre todo el “respeto” hacia sí mismo.
“Ahora mismo me odio. Pido perdón a mis siete hijos y a mi madre. Ellos merecen algo mejor”, afirmó el rapero mirando directamente a sus allegados entre el público, sin poder contener las lágrimas.
La pena impuesta por Subramanian supera la que solicitaban sus abogados (solo 14 meses de prisión), pero el artista ya lleva un año recluido en un centro penitenciario de Nueva York, tiempo que cuenta como parte de la condena.
Durante la audiencia de hoy, tanto su defensa como seis de sus hijos suplicaron al juez conceder a Combs “una segunda oportunidad”, y su equipo legal argumentó que ya ha sido “castigado” por la opinión pública.
Subramanian le aseguró que él y su familia “van a superar esto”: “Hay luz al final del túnel”.
El juez también ordenó la incautación de los bienes “utilizados para facilitar” la comisión de los delitos de transporte con fines de prostitución.
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