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Si la energía de octubre se mantuviera durante los doce meses, tendríamos más posibilidades de salvar vidas: mamografías a precios accesibles, diagnósticos en etapas tempranas y mayor acompañamiento para las mujeres y sus familias. El lazo rosa dejaría de ser un adorno estacional y pasaría a ser un símbolo permanente de esperanza y vitalidad.
Octubre se tiñe de rosa y, con ello, llegan campañas, actividades y mensajes que nos recuerdan la relevancia de la detección precoz del cáncer de mama. Pero, ¿qué sucedería si esa conciencia no quedara restringida a un solo mes? ¿Y si la prevención se transformara en un compromiso cotidiano?
La historia nos muestra por qué este período se convirtió en emblema de lucha. En 1983, en Texas, se organizó por primera vez la “Carrera por la Cura”, un evento que sacó a la luz la necesidad de conversar sobre el cáncer de mama y que hoy se replica en numerosos lugares del planeta. Posteriormente, la Organización Mundial de la Salud declaró el 19 de octubre como Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, con el objetivo de generar una conciencia global y garantizar que más mujeres tengan acceso a exámenes, diagnósticos y tratamientos oportunos.
El pilar de esta batalla sigue siendo el mismo: la detección temprana. Aunque el cáncer de mama continúa siendo una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, cuando se identifica a tiempo el pronóstico mejora y la vida se abre a nuevas oportunidades.
Hablar de cáncer de mama es un tema delicado para mí. Esta enfermedad me ha arrebatado a personas queridas, pero también me ha enseñado el valor del acompañamiento, la fuerza de la solidaridad y la fragilidad de la existencia. Nos demuestra que nadie está exento y que todos podemos contribuir a la prevención y al apoyo.
Octubre nos convoca, pero la prevención no puede depender de un calendario. Los chequeos médicos deben ser un compromiso constante, un acto de amor propio y de responsabilidad hacia quienes nos rodean. Reservar tiempo para una mamografía o un examen clínico puede parecer un gesto sencillo, pero en realidad constituye una decisión que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Que el lazo rosa sea, no solo un símbolo de un mes, sino un recordatorio diario de que la salud merece estar siempre en primer plano.
Mientras tanto, por favor, no dejes que octubre concluya sin que realices el examen de mamas correspondiente.
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