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“¿Cómo respondería Estados Unidos ante un ataque nuclear?” Esa es la cuestión que plantea *A House of Dynamite*, la nueva cinta dirigida por Kathryn Bigelow y escrita por Noah Oppenheim, que examina el dilema real que enfrentan los dirigentes al tener que decidir en minutos el futuro de la humanidad.
Estrenada inicialmente en el Festival de Cine de Venecia y preparada para arribar a los cines este viernes, la película imagina un escenario extremo: un misil lanzado desde el Pacífico se dirige a Chicago y las autoridades disponen apenas 18 minutos para reaccionar y evitar la catástrofe.
Lo que empezó como una charla informal se convirtió en un proyecto impulsado por la curiosidad de la directora y la experiencia de Oppenheim, exdirector de NBC News, quien durante su trayectoria colaboró estrechamente con funcionarios gubernamentales, especialistas militares y fuentes clave sobre el tema.
“Recibí una llamada (de Bigelow) en la que me comentó que quería conversar conmigo sobre un asunto que le interesaba, y ese asunto era la cuestión de las armas nucleares. Resulta que yo también tenía un interés de larga data en ese tema y lo había cubierto durante años”, relata el guionista en una entrevista con EFE.
Tres ángulos, un mismo conteo regresivo
‘A House of Dynamite’ presenta el mismo hecho desde diferentes puntos de vista: la Sala de Situación de la Casa Blanca y Fort Greely, luego los altos mandos militares y sus asesores; y finalmente el presidente, quien tiene en sus manos el destino de la humanidad.
“Creímos que era fundamental que el público viviera de forma visceral lo breve que son realmente 18 minutos, porque ese es el margen que tendrían el presidente y sus generales para decidir cómo responder”, explica a EFE Oppenheim.
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“Él es la única autoridad con capacidad para tomar la decisión”, subraya el guionista.
Rebecca Ferguson (*Dune*) es una de las protagonistas de la película y su personaje, la capitana Olivia Walker, al frente de la Sala de Situación, es uno de los pocos con un trasfondo personal más elaborado.
“Suelo interpretar papeles bastante extremos, que son muy buenos en ciertas cosas, como la ciencia ficción. Pero este personaje… era simplemente una madre en casa, con su esposo y un hijo enfermo. Y creo que fue muy natural para mí estar lo más cerca posible de mí misma, de forma auténtica”, comenta Ferguson a EFE.
La actriz de *Mission Impossible‑Rogue Nation* no vaciló ni un segundo cuando le ofrecieron participar en un proyecto de Bigelow, quien no dirigía una película desde 2017, cuando lanzó *Detroit*: “Fue un sí definitivo”, relata.
La amenaza atómica, una realidad ignorada
Pero al ver el resultado final, también valora el enfoque de la directora de *The Hurt Locker* (2010), al recordar que ni siquiera países como Estados Unidos están realmente a salvo frente a una amenaza nuclear.
“Creo que la gente está bastante centrada en sí misma como seres humanos y vemos los problemas que nos afectan geográficamente, pero una guerra nuclear es global… Vivimos constantemente bajo esa amenaza sin importar si nuestro país posee armas o no”, comenta.
Desde su punto de vista, Bigelow, quien se convirtió en la primera mujer en ganar un Óscar a la mejor dirección, busca sacudir al público para que tome medidas al respecto.
“Kathryn quiere provocar una reacción. ¿Cómo podemos generar un cambio? ¿Creamos una petición? ¿Organizamos una manifestación? ¿Qué es lo que podemos hacer? Porque creo que sí necesitamos un cambio”, argumenta.
El reparto de la cinta se complementa con Idris Elba, Gabriel Basso, Jared Harris, Tracy Letts, Anthony Ramos, Moses Ingram, Jonah Hauer‑King, Greta Lee y Jason Clarke.
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