Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
MIAMI, EE. UU. – El mandatario cubano Miguel Díaz‑Canel lanzó este viernes sus críticas contra el Comité Noruego del Nobel después de que este otorgara el Premio Nobel de la Paz 2025 a la demócrata venezolana María Corina Machado. En sus publicaciones de Facebook y X escribió: “La politización, la parcialidad y la difamación del Comité Noruego del Nobel de la Paz han alcanzado niveles inimaginables”.
Más adelante añadió: “Resulta vergonzoso conceder este galardón en 2025 a una persona que incita a una intervención militar en su país y que, en años anteriores, promovía protestas en las que se quemaba a gente viva”. También sostuvo: “Rechazamos enfáticamente esta jugada política que busca individualizar a Venezuela y socavar su proyecto bolivariano, liderado por su presidente legítimo, Nicolás Maduro”.
El anuncio del Nobel, realizado en Oslo, reconoce a Machado “por su incansable labor en la defensa de los derechos democráticos del pueblo venezolano y su esfuerzo por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”, según el comunicado del jurado.
Como era de esperarse, el aparato mediático estatal cubano se alineó con Caracas. Cubadebate difundió una nota titulada “Academia del Nobel de la Paz se suma a la estrategia antivenezolana y premia a María Corina Machado”, en la que enmarca la decisión dentro de una supuesta campaña contra el chavismo. En CubaSí, un editorial calificó la concesión como “un Premio Nobel de la Paz a favor de la guerra” y presentaba a Machado como “marioneta del imperio”.
En Venezuela, el diario oficial VEA tachó el veredicto de “la más reciente y cínica manipulación” y concluyó: “Que se guarden su Nobel de la maldad y el terror. Venezuela prefiere la paz con dignidad”.
Hasta el momento de redactar esta nota, el presidente Nicolás Maduro no se había pronunciado. Tampoco lo han hecho los “copresidentes” del gobierno nicaragüense, Daniel Ortega y Rosario Murillo.
De forma similar, México no ha emitido una declaración oficial, aunque su gobierno suele mostrarse solidario con los regímenes de Venezuela y Cuba. En su rueda de prensa habitual de este viernes, la presidenta Claudia Sheinbaum evitó adoptar una postura clara. “Siempre hemos defendido la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. No solo por convicción, sino porque así lo manda la Constitución. Y me quedaré en eso respecto al Nobel de Machado y a la destitución de Dina Boluarte en Perú”, afirmó la mandataria.
En una segunda ocasión, Sheinbaum fue nuevamente instada a pronunciarse sobre Machado; tras un breve silencio, solo respondió: “Sin comentarios”.
Fuera del eje Caracas‑La Habana, dirigentes de la izquierda populista española cargaron contra la decisión. Pablo Iglesias escribió que “para darle el Nobel de la paz a Corina Machado (…) se lo podrían haber otorgado directamente a Trump o incluso a Adolf Hitler a título póstumo”.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, afirmó que “el premio Nobel de la Paz ahora lo reciben golpistas y criminales de guerra” y que “el nivel de desprestigio que están sufriendo en estos años las instituciones internacionales, que pretendían representar a la humanidad, es extremadamente alto”.
El enfoque del galardón —democracia contra autoritarismo— explica la dureza de las reacciones en regímenes que se sienten señalados por la narrativa del Nobel. La concesión del Premio Nobel de la Paz sitúa a María Corina Machado “en el centro del tablero internacional” y vuelve a poner en evidencia la postura de La Habana, Caracas y sus aliados ideológicos europeos.
Agregar Comentario