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Miles de niños, niñas y adolescentes afrontan cada día trastornos emocionales sin recibir la atención adecuada.
Santo Domingo, RD.- Las enfermedades mentales constituyen el 12,5 % del conjunto de patologías a nivel mundial, situándose únicamente detrás del cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Así lo comunicó Axinia Martínez, subdirectora del Centro de Rehabilitación Psicosocial y Desarrollo Humano (Reside), quien también resaltó que la mitad de los trastornos mentales aparecen antes de los 14 años y el 75 % antes de los 18.
Añadió que anualmente se registran 800 000 suicidios en el planeta, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos, siendo la segunda causa de fallecimiento entre jóvenes de 15 a 29 años.
“En momentos críticos, los efectos emocionales pueden ser tan devastadores como los físicos. Pero, a diferencia de una herida visible, los desórdenes mentales a menudo pasan desapercibidos y sin recibir cuidados. Y no son pocos los que los padecen”, explicó.
Además, subrayó que la brecha entre quienes precisan atención y quienes la obtienen resulta alarmante.
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“El 71 % de las personas con psicosis no accede a servicios de salud mental; en países de bajos ingresos, esa cifra se reduce al 12 %. En lo que respecta a trastornos afectivos, de ansiedad o por consumo de sustancias, la brecha de atención en América Latina y el Caribe alcanza el 77,9 %”, detalló la doctora.
En cuanto al costo económico, Martínez señaló que 12 000 millones de jornadas laborales se pierden anualmente por depresión y ansiedad, lo que representa cerca de un billón de dólares.
Sin embargo, precisó que el gasto global en salud mental apenas alcanza el 2,8 % del gasto total en salud y, en muchos países de ingresos bajos, ni siquiera llega al 0,5 %.
“Nuestro mayor desafío es lograr la inserción laboral de las personas con trastornos mentales. Pero antes, debemos ayudarles a recuperar su autonomía, sus rutinas y sus redes de apoyo”, afirmó la experta.
También indicó que la salud mental no es un tema aislado ni individual, sino que afecta a toda la sociedad y, en contextos de emergencia, se convierte en un factor esencial para la recuperación colectiva.
“Invertir en salud mental es invertir en bienestar, productividad y futuro. Porque no hay salud sin salud mental”, concluyó.
En relación con la infancia y la adolescencia, datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) revelan que entre 2017 y 2021 se contabilizaron 17 suicidios de niños entre 8 y 10 años en el país, y en 2022 se reportaron 19 casos de menores.
El informe UNICEF “Estado de la Situación de los Niños, Niñas y Adolescentes ante la Violencia en República Dominicana” indica que los adolescentes de 15 a 17 años siguen siendo el grupo de mayor riesgo, aunque el subregistro dificulta conocer la magnitud real del problema.
“Cada niño y cada niña necesita espacios de escucha, afecto y acompañamiento para crecer con esperanza”, afirmó Anyoli Sanabria, representante de UNICEF en la nación.
Asimismo, destacó la necesidad de prestar atención a los varones adolescentes, quienes con frecuencia enfrentan presiones sociales que les impiden expresar sus emociones, elevando el riesgo de problemas no diagnosticados.
Desde UNICEF se recalca que la salud mental no es un lujo ni un privilegio, sino un derecho. Por eso, se continúan los esfuerzos de articulación con instituciones estatales y organizaciones como el Instituto de Salud Mental y Telepsicología (ISAMT) para garantizar que todo niño, niña y adolescente crezca protegido, valorado y acompañado emocionalmente, sin importar su situación migratoria, social o económica.
En el marco de una alianza entre UNICEF y el ISAMT, se han puesto en marcha planes integrales para fomentar el bienestar emocional en establecimientos educativos, impulsando estrategias de prevención del sufrimiento psíquico, promoción de la salud mental y construcción de entornos escolares seguros y empáticos.
Estas acciones buscan erradicar el maltrato, reducir el estigma y desarrollar habilidades socioemocionales desde la primera infancia.
Una de las iniciativas conjuntas más visibles es la Línea Familiar, un servicio gratuito de apoyo psicológico que ha atendido a más de 9 000 jóvenes en sus cinco años de operación.
Se destaca que solo en 2024 se registraron 662 contactos de personas menores de 24 años, mayormente adolescentes y jóvenes que buscaron ayuda por ansiedad, depresión, autolesiones o ideas suicidas.
Más del 95 % de las consultas fueron iniciadas por los propios jóvenes, evidenciando una creciente conciencia sobre la importancia del autocuidado emocional.
Además, el 75 % de estas interacciones se realizaron a través de canales como WhatsApp y redes sociales, confirmando la necesidad de mantener servicios que se adapten a las preferencias digitales de la juventud.
“Garantizar el bienestar emocional desde la infancia no solo salva vidas, sino que transforma comunidades enteras. La salud mental es la base del desarrollo humano”, concluyó Sanabria.
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