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Madrid, 12 de octubre de 2025. — La conmemoración del Día de la Hispanidad resultó ensuciada este domingo por una acción de protesta en el Museo Naval de Madrid, donde dos militantes del colectivo Futuro Vegetal arrojaron pintura roja biodegradable sobre una de las piezas más icónicas vinculadas a Cristóbal Colón.
El incidente ocurrió a primeras horas de la tarde, cuando ambas mujeres ingresaron a la sala principal del museo y, frente a varios visitantes, rociaron la pintura sobre el lienzo “Primer homenaje a Cristóbal Colón”, del artista José Garnelo. El acto dejó dañada la zona izquierda inferior de la obra, situada en la entrada principal del recinto.
Las activistas, señaladas como miembros del movimiento de desobediencia civil Futuro Vegetal, declararon que su propósito era denunciar el modelo actual de explotación de recursos naturales que, según su discurso, “mantiene vivo el colonialismo bajo la forma de extractivismo global”.
Durante la intervención mostraron una pancarta con la consigna: “12 de octubre, nada que celebrar. Justicia ecosocial”, antes de ser retenidas por el personal del museo. En notas difundidas posteriormente por el colectivo, afirmaron que el Día de la Hispanidad simboliza “siglos de opresión, genocidio y saqueo de los pueblos originarios de Abya Yala”.
Tras el lanzamiento de la pintura, un empleado del museo logró contener a las dos mujeres hasta la llegada de varios agentes de la Policía Nacional, quienes procedieron a su detención bajo la acusación de supuesto delito contra el patrimonio histórico. Ambas fueron trasladadas a comisarías, donde aguardan su puesta a disposición judicial.
La dirección del museo activó el protocolo de seguridad y evacuó a todos los asistentes presentes, mientras los técnicos inspeccionaban los desperfectos ocasionados en el cuadro. Según fuentes del propio centro, el lienzo muestra afectaciones visibles en la parte inferior izquierda, aunque los conservadores confían en que podrá restaurarse sin daño irreversible.
El suceso ha desencadenado una oleada de reacciones en redes sociales y entre los visitantes del museo, muchos de los cuales calificaron la acción como “una provocación innecesaria” en plena jornada nacional. No obstante, también hubo quienes apoyaron la protesta como una forma de “dar visibilidad a la herencia colonial y al impacto ambiental del modelo económico actual”.
La portavoz de Futuro Vegetal, Luna Lagos, declaró que “el 12 de octubre no es motivo de orgullo, sino un recuerdo de siglos de explotación y exterminio”. Su compañera, Victòria Domingo, instó a la ciudadanía a “cuestionar la celebración de esta fecha” y a “boicotear a las empresas que participan en el expolio ambiental y territorial”.
El Museo Naval, dependiente del Ministerio de Defensa, ha confirmado que los restauradores ya están elaborando un informe técnico preliminar para determinar la magnitud de los daños. Aunque la pintura empleada era biodegradable, el contacto directo con el lienzo ha alterado la capa superficial de pigmentos, por lo que será necesario un proceso de limpieza y estabilización química.
La obra afectada, “Primer homenaje a Cristóbal Colón”, data de 1892 y fue realizada por el pintor José Garnelo con motivo del cuartocentenario del descubrimiento de América. Representa la ceremonia de reconocimiento que recibió el explorador al volver del Nuevo Mundo y forma parte de la colección permanente del museo desde hace décadas.
El acto tuvo lugar precisamente el 12 de octubre, día en que España conmemora el encuentro entre Europa y América. Mientras en las calles de Madrid se desarrollaban desfiles militares y actos oficiales, la protesta de Futuro Vegetal buscaba centrar el debate en “la herencia colonial y su reflejo en las crisis actuales”.
El colectivo sostiene que la defensa del planeta está estrechamente ligada a la reparación de las injusticias históricas sufridas por los pueblos indígenas, un mensaje que reiteran en sus campañas enfocadas en la emergencia climática y la crítica al modelo agroindustrial.
El ataque al cuadro de Colón reabre la discusión sobre los límites del activismo climático y la protección del patrimonio cultural frente a formas de protesta que recurren al impacto visual. Mientras el museo avanza en la restauración de la obra, el gesto de las activistas ha conseguido su objetivo: situar, en el mismo Día de la Hispanidad, la reflexión sobre el legado del colonialismo en el corazón simbólico de Madrid.
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