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En la sala La Dramática del Palacio de Bellas Artes se entrelazó una historia de amor y lealtad bajo el título «El beso de la mujer araña».
Yasser Michelén y Vicente Santos bailaron juntos en esta pieza que evidencia la fuerza de la amistad, presentándose este fin de semana bajo la producción de Juancito Rodríguez y coproducción de Hony Estrella.
En la novela del autor argentino Manuel Puig, Michelén brilla como actor teatral al encarnar a Molina, un valiente homosexual que evidencia lo que es posible alcanzar con amor y paciencia.
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Yasser consigue, de manera natural, metamorfosearse en ese personaje que lidia con decisiones que le inquietan la mente, pero que, pese a todo, opta por seguir la senda que él percibe como correcta.
Mientras tanto, Santos se adentra en la piel de Valentín, un preso político sometido por los sentimientos surgidos en una celda donde dos hombres se fusionan en uno cuando la necesidad de cariño y apoyo supera las barreras de género.
Bajo la dirección de Orestes Amador, los intérpretes se integran en este drama ambientado en la Argentina de los años setenta, donde los dos reclusos comparten no solo el deseo de alcanzar la libertad y cumplir sus metas, sino también una pasión por el cine.
Mediante las películas que Molina relata a Valentín, ambos perciben libertad y, temporalmente, las cuatro paredes de la prisión desaparecen. Con ello demuestran que el arte nos libera, sin importar la reclusión, pues el cuerpo puede ser constreñido, pero la mente permanece libre.
El amor, la impotencia, el temor, la incertidumbre, la sed de libertad y el anhelo de transformar el mundo conducen a estos hombres a un espacio donde ya no hay fronteras.
Sobre una escenografía minimalista, en la que cada elemento cumplía una función, los actores ofrecieron este drama donde la danza desempeñó un papel esencial para expresar artísticamente lo que muchos repudian, otros adoran y algunos respetan.
«El beso de la mujer araña» es arte, es libertad y constituye un llamado al respeto, al amor, a la empatía y a la lealtad.
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