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Sarkozy será internado en la cárcel el día 21 debido a la financiación libia de su campaña de 2007

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Con optimismo añadió: “Ganaré”.

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Condenado por conspiración para delinquir al haber permitido que sus allegados solicitaran al régimen libio de Muamar el Gadafi fondos ilícitos para la campaña presidencial que le abrió las puertas del Palacio del Elíseo.

El exmandatario francés Nicolas Sarkozy ingresará el próximo 21 de octubre en la cárcel parisina de La Santé, tras la sentencia de cinco años de prisión dictada en su contra en septiembre pasado por la financiación libia de su campaña de 2007, informaron este lunes fuentes judiciales a varios medios franceses.

Sarkozy, que será el primer exjefe de Estado francés en ser recluido, compareció a primera hora de la tarde de este lunes ante la Fiscalía Nacional Financiera para conocer la fecha y el lugar de su detención.

Su encarcelamiento se llevará a cabo el martes de la semana siguiente, conforme a la orden de prisión emitida contra él, pese a que ha interpuesto recurso contra la sentencia de primera instancia dictada por el Tribunal Correccional de París hace 18 días.

El dirigente conservador, que presidió de 2007 a 2012, fue sentenciado el 25 de septiembre por conspiración para delinquir al haber permitido que sus allegados pidieran al régimen libio de Muamar el Gadafi financiación indevida para la campaña presidencial que le abrió las puertas del Palacio del Elíseo.

El tribunal justificó la medida en el caso del 70‑años Sarkozy por la “excepcional gravedad de los actos” cometidos por un líder político que en aquel momento aspiraba al máximo cargo de la República francesa.

Una vez recluido, sus defensores podrán presentar una solicitud de puesta en libertad ante el Tribunal de Apelación, que dispondrá de un plazo máximo de dos meses para resolverla, es decir, justo antes de las próximas fiestas navideñas, lo que le permitiría comparecer libre al juicio de apelación previsto, en principio, para marzo próximo.

Las únicas dos prisiones en la zona parisina que cuentan con unidades adaptadas para internos que requieren protección son La Santé y Fleury‑Mérogis, en Essonne, ya sea en los denominados “pabellones vulnerables” o en áreas de aislamiento; según medios franceses, allí debería estar Sarkozy, en una celda de aproximadamente nueve metros cuadrados.

El exjefe de Estado, que ha mantenido siempre su inocencia, proclamó tres días después de su condena por asociación delictiva —fue absuelto del delito de corrupción— que lucharía “hasta el último aliento” para que se reconozca su “honestidad”. Con optimismo añadió: “Ganaré”.

Ni la condena ni la proximidad de su ingreso en prisión han detenido su vida social. El miércoles pasado organizó una fiesta de “despedida” en un pabellón del Bosque de Boulogne, en París, con cerca de un centenar de asistentes, entre los que se encontraban el actual secretario general del Elíseo, Emmanuel Moulin, y la ministra de Cultura, Rachida Dati, informó el diario Le Figaro.

No solo apeló la sentencia Sarkozy, sino también los otros seis condenados en el mismo caso de financiación libia de su campaña presidencial, al igual que la Fiscalía, que impugna las sentencias absolutorias dictadas por el Tribunal Correccional de París, como la de Eric Woerth, tesorero de la campaña electoral de 2007.

Ese proceso en segunda instancia debería celebrarse en una fecha aún no fijada, aunque habitualmente se sitúa entre seis y 18 meses.

Paralelamente, Sarkozy conocerá el 26 de noviembre el veredicto del Tribunal Supremo en el asunto de la financiación ilegal de su campaña de 2012, que perdió frente al socialista François Hollande, y en el que la Fiscalía solicita la confirmación de la condena a seis meses de prisión impuesta en apelación en febrero de 2024.

Los jueces de apelación y de primera instancia consideraron probados que, en su campaña de 2012, se gastó el doble de lo que permite la ley, mediante una trama de facturas falsas para ocultar una doble contabilidad.

De confirmarse esa pena, sería la segunda condena definitiva contra el exmandatario, que en febrero del año pasado fue sentenciado a un año de cárcel por un caso de corrupción y tráfico de influencias, pena que cumplió bajo arresto domiciliario con brazalete electrónico entre febrero y mayo pasados, antes de ser beneficiado con libertad condicional por su edad.

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