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Washington — El presidente Donald Trump comunicó este sábado que Estados Unidos transferirá a los dos supervivientes de un reciente asalto en el Caribe a sus países de origen, Colombia y Ecuador, para su detención y posterior acción judicial. Dicha decisión, revelada inicialmente por la agencia Reuters, busca sortear potenciales disputas legales para el Ejército estadounidense respecto a mantener a presuntos traficantes de drogas bajo su custodia, fuera del marco de las leyes aplicables en tiempo de guerra.
En una publicación realizada en su red social Truth Social, Trump manifestó:
Los dos terroristas supervivientes están siendo devueltos a sus países natales, Ecuador y Colombia, para ser detenidos y juzgados.
Escribió Trump.
Según fuentes consultadas por Reuters, el Ejército de EE. UU. rescató a los dos individuos mediante helicóptero el jueves, tras un ataque dirigido a una embarcación semisumergible sospechosa de transportar narcóticos. Durante la operación, otros dos tripulantes del navío perdieron la vida, mientras que los rescatados fueron llevados a un buque de guerra de la Marina en el Caribe, donde permanecieron bajo custodia al menos hasta la noche del viernes.
Este traslado aéreo se enmarcó en una operación militar más extensa que Estados Unidos lleva a cabo en la zona, con el propósito de interceptar cargamentos ilícitos y contener el flujo de estupefacientes hacia su territorio.
De acuerdo con las declaraciones de Trump, la inteligencia estadounidense confirmó que el semisumergible transportaba principalmente fentanilo, además de otras sustancias ilícitas. Si bien el mandatario no mostró pruebas contundentes, difundió un video de unos 30 segundos que muestra una embarcación en el agua justo antes de ser impactada por un proyectil.
Especialistas consultados por medios internacionales sugieren que este tipo de embarcaciones son habitualmente empleadas para el transporte clandestino de drogas entre Sudamérica y Centroamérica, y que los ataques recientes podrían estar ligados a operaciones antinarcóticos de carácter más agresivo en la región.
El hecho de que los involucrados sean procesados en sus naciones de origen evita que Estados Unidos reciba cuestionamientos sobre la legalidad de las detenciones efectuadas por sus fuerzas militares.
Los acontecimientos se desarrollan en el contexto de un refuerzo militar de Estados Unidos en el Caribe, que incluye destructores de misiles guiados, aeronaves F-35, un submarino nuclear y cerca de 6,500 efectivos. Este despliegue forma parte de una estrategia más amplia de presión sobre el gobierno de Venezuela, al que Washington ha acusado de colaborar con redes de narcotráfico.
El pasado miércoles, Trump informó que había autorizado a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas en territorio venezolano, lo cual ha intensificado la tensión con el gobierno de Nicolás Maduro. El líder venezolano ha rechazado las acusaciones y señala a Estados Unidos de usar estos ataques como excusa para promover un cambio de régimen, tildándolos de violaciones a la soberanía y al derecho internacional.
Con su traslado a Colombia y Ecuador, los dos supervivientes se enfrentarán a procesos judiciales en sus países, donde se determinará su responsabilidad en el supuesto tráfico de drogas y su implicación en la embarcación atacada.
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