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De haberse tratado de una noticia vulgar, de escaso relieve, sin sustancia, carente de elegancia y de baja estofa, como nos tienen acostumbrados algunos de los denominados “Influencer” de la escena local (no porque provengan del patio, que de ahí vengo yo, sino porque emplean el lenguaje más repugnante y degradante de los patios de nuestros vecindarios), que solo ejercen influencia entre “sus pares”, la noticia de que las dominicanas Aileen Bautista y Wanda De La Rosa fueron galardonadas con tres premios en el concurso internacional IDEASxWOOD, organizado por la firma italiana TABU, dedicada al diseño y la fabricación de superficies decorativas de madera, habría corrido “como la pólvora” y se habría posicionado en la categoría de “viral” en las plataformas de redes sociales.
Pero dado que se trató de un certamen que no tiene vínculo alguno con la bajeza mundana de esa chusma que se revuelca en el lodazal de la “cualquierización”, promoviendo los antivalores de una sociedad en franca decadencia; sino de una información que resalta a dos jóvenes que buscan impulsar la creatividad y la innovación en el empleo de la madera como material ecológico y sostenible, entonces la pasamos por alto “sin pena ni gloria”.
Según la información, que solo pude ver en un único medio de comunicación del país, en esta edición participaron más de 800 propuestas provenientes de universidades, estudios de diseño y diseñadores de diversas naciones y nuestras dos jóvenes, Bautista, arquitecta graduada de la PUCMM, y De la Rosa, diseñadora de interiores egresada de UNAPEC, sobresalieron como dos de los tres únicos estudiantes extranjeros premiados en la categoría TABU estudiantes, donde consiguieron el Primer Lugar.
Son este tipo de noticias las que merecen ser reproducidas y mostradas a nuestra juventud.
Noticias como esta deberían volverse virales en las redes y en los medios tradicionales para que sirvan de ejemplo a nuestros jóvenes, permitiéndoles distinguir entre el buen proceder y las vulgaridades con las que son bombardeados a diario, y ayudándoles a establecer las bases que los motiven a ser mejores seres humanos, con valores genuinos, para que puedan integrarse en un mundo que cada vez más exige integridad, y personas con un sentido de propósito.
Como expresó en una ocasión Clint Eastwood: “La gente dice que deberíamos dejar un planeta mejor para nuestros hijos. La verdad es que deberíamos dejar unos hijos mejores para nuestro planeta”.
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