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Washington, 20 de octubre (Prensa Latina) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nominado este año al Premio Nobel de la Paz, posiblemente esté intentando mitigar conflictos en algunas regiones del mundo, mientras que en otras los aviva.
América Latina se encuentra en el punto de mira. Las tensiones no solo han escalado con Venezuela bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, sino que un argumento similar parece aplicarse ahora a Colombia.
Según lo anunciado por Trump este domingo, pondrá fin a la totalidad de los pagos y subsidios de Estados Unidos a Colombia, marcando una dramática escalada en el enfrentamiento con su homólogo, Gustavo Petro.
En una publicación realizada en redes sociales, el mandatario republicano aseveró que Petro “no está haciendo nada para detener” la producción de drogas en su nación, “a pesar de los cuantiosos pagos y subsidios por parte de EE. UU., que no son más que una estafa prolongada contra Estados Unidos”.
“A PARTIR DE HOY (ayer), ESTOS PAGOS, O CUALQUIER OTRA MODALIDAD DE PAGO O SUBSIDIO, DEJARÁN DE REALIZARSE A COLOMBIA”, escribió Trump íntegramente en mayúsculas en su plataforma Truth Social.
El ocupante del Despacho Oval incluso cometió un error al nombrar la nación sudamericana, un desliz que no pasó inadvertido para los medios de prensa locales.
“El presidente Gustavo Petro, de Columbia, es un líder del narcotráfico que impulsa la producción masiva de drogas, tanto en extensiones grandes como pequeñas, en toda Columbia”, indicó en su plataforma. El mensaje, que mencionó incorrectamente el nombre del país latinoamericano en varias ocasiones, fue posteriormente reemplazado por otro con la corrección.
Trump y Petro han sostenido desacuerdos públicos sobre asuntos como la migración y el narcotráfico, una situación que comenzó a intensificarse desde que la Casa Blanca declaró unilateralmente la guerra al narcotráfico, sin la aprobación del Congreso, lo que se ha traducido en una serie de al menos siete ataques con un saldo de 30 muertos.
Precisamente, Petro denunció que una de las lanchas atacadas, la del 16 de septiembre, “era colombiana, tenía un motor levantado en señal de avería y estaba inactiva, presumiblemente en aguas colombianas; quien estaba allí era un pescador que no ha retornado a su hogar”.
Luego agregó que funcionarios estadounidenses “han cometido un asesinato y violado nuestra soberanía en aguas territoriales” e identificó al pescador como Alejandro Carranza, una persona sin nexos con el narcotráfico. “Esperamos las explicaciones del Gobierno de los EE. UU.”, enfatizó en ese momento.
El Gobierno estadounidense ya le había revocado la visa al mandatario colombiano tras su participación en una manifestación a favor de Palestina en Nueva York, durante su visita para el Segmento de Alto Nivel del 80º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
A principios de año, Trump y Petro tuvieron roces a causa de los vuelos de repatriación. El colombiano expresó su rechazo a que sus compatriotas fueran devueltos esposados, considerando el trato como indigno.
El anuncio de Trump de ayer intensificó el conflicto al agregarle consecuencias desde la perspectiva económica.
Según cifras del Departamento de Estado, se le habrían proporcionado a Colombia unos 210 millones de dólares en asistencia durante este año fiscal, incluyendo alrededor de 31 millones destinados a apoyo agrícola; sin embargo, no está totalmente claro a qué pagos se refería Trump en sus mensajes.
A mediados de agosto, Estados Unidos comenzó el despliegue de importantes activos militares en el mar Caribe, en operaciones que, según la Casa Blanca, tienen como objetivo el combate a los cárteles de la droga. Las fuerzas desplegadas en la zona incluyen ocho buques de guerra, más de cuatro mil militares (entre ellos una unidad de infantería de Marina) y 10 cazas F-35.
Petro advirtió que “se ha abierto una nueva zona de conflicto: el Caribe (…) no es una guerra contra el contrabando; es una guerra por el petróleo, y el mundo tiene el deber de detenerla. La agresión va dirigida contra toda Latinoamérica y el Caribe”.
A propósito, escribir continuamente en mayúsculas en Internet se percibe habitualmente como un grito y, de acuerdo con las normas de netiqueta, utilizar este formato de letras sostenidas puede transmitir una sensación de agresividad o de urgencia en la comunicación.
Adicionalmente, este estilo de escritura puede conllevar connotaciones emocionales y contextuales, lo que podría influir en la interpretación del mensaje. Por lo tanto, se sugiere utilizar las mayúsculas con moderación para evitar posibles malentendidos en la comunicación digital.
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