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Con el lema: “¿Y los cadáveres dónde paran?”, allegados de los afectados por la fatídica explosión acaecida en San Cristóbal se dieron cita este martes en la sede de la Procuraduría General de la República. Iban junto a integrantes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH-RD) y de la Comisión de la Verdad, para pedir, y demandar, la reapertura del expediente judicial y que se presenten ante la justicia quienes realmente resultaron responsables del suceso.
Entre sollozos y portando diversas pancartas, los consanguíneos manifestaron que, a pesar de que han transcurrido más de dos años desde la catástrofe, siguen sin tener noticias del paradero de varios de sus seres queridos que desaparecieron después de la explosión masiva.
“Deseo hacer un emplazamiento directo a Yeni Berenice, para que nos proporcionen una explicación coherente sobre el destino de los restos de mis familiares. Si ella, como máxima responsable de la Procuraduría, hubiera ordenado una búsqueda exhaustiva, incluso en los camposantos y en las fosas ubicadas en el cementerio nuevo del 6 de Noviembre y el de Sainaguá, los habrían localizado, porque sé que allí es donde descansan mis parientes”, declaró, audiblemente emocionada, una de las afectadas.
La persona que interpuso la denuncia puso en tela de juicio la actuación de las instituciones oficiales y tildó de inadmisible la manera en que se gestionó el manejo de los restos mortales de algunas de las víctimas del siniestro.
“Mis lazos familiares no merecían un trato como si fueran desechos; mi familia no era simplemente un perro al que se pudiera abandonar, pues incluso a una mascota, a un animalito de compañía, cuando fallece, se le da un entierro digno”, sostuvo, con visible enojo, como principal argumento.
“No se trataba de insectos despreciables; eran seres humanos, personas de gran valía que, si bien eran de origen humilde, mantuvieron una vida honrada. Eran individuos diligentes, hermanas de sangre; se dedicaban al comercio, y el esposo de una de ellas era habilidoso herrero. Cada unidad monetaria que ganaban era el fruto de un trabajo honesto y honorable, no producto de la corrupción que tanto prolifera entre las figuras de autoridad en esta nación”, culminó su intervención.
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