Tecnologia

España, al margen del nuevo coloso europeo de los satélites: apenas sumará un 5% de los efectivos en el primer gran reto competitivo para Teresa Ribera

8922606780.png
En el ámbito español, la plantilla rondará las 1.400 personas, de un total de 25.000.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Empresas Nacionales, potencia en el espacio: “Nuestro cliente inicial es la OTAN”

El intento de forjar un gigante espacial europeo capaz de rivalizar con Elon Musk, impulsado por Airbus, la francesa Thales y la italiana Leonardo, parece destinado a convertirse en el primer gran reto político para Teresa Ribera como Comisaria de Competencia. Si bien su atención previa se centró en las tecnológicas estadounidenses, la ex vicepresidenta se enfrenta ahora a un expediente que plantea serias dudas tanto desde la perspectiva monopolística como geopolítica.

El acuerdo anunciado el pasado jueves entre Airbus, Thales y Leonardo implica la creación de un coloso europeo, en línea con lo solicitado en el informe Draghi, pero lo hace mediante una fórmula que concentra el negocio de manufactura de satélites en una única corporación. Además, esta operación fortalece al principal actor italiano del sector (propiedad estatal en un 30%) y excluye de la ecuación tanto a España como a Alemania, quienes quedan fuera del que aspira a ser el gestor y ejecutor primario de los grandes contratos espaciales europeos.

En el ámbito español, la plantilla rondará las 1.400 personas, de un total de 25.000. Airbus contribuirá con cerca de 1.000 empleados, que se unirán a los 200 de Telespazio Ibérica y a los aproximadamente 150 de Thales Alenia Space, según los balances más recientes depositados en el Registro Mercantil. Sin embargo, el centro de poder de decisión se hallará en Toulouse, en un momento crucial para la industria aeroespacial.

Este pacto ha sido promovido por Francia durante años, pero quien mejor ha sabido mover ficha es la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Ella anunció en enero el inicio de conversaciones con Elon Musk como vía alternativa para crear una red de comunicaciones seguras para su nación.

Inicialmente, este movimiento fue interpretado como una señal de la proximidad de la política con la nueva presidencia de Donald Trump, con quien comparte numerosos principios. No obstante, otras voces dentro del sector vieron en ello una hábil jugada diplomática para agilizar las negociaciones y asegurar a Leonardo, el socio de menor tamaño entre los tres, una posición ventajosa de cara a los nuevos y cuantiosos contratos europeos y al flamante gran actor continental.

Es pertinente recordar que el gran contrato de comunicaciones seguras Iris2, que implica una inversión de 10.000 millones de euros, fue adjudicado a la francesa Eutelsat, la española Hispasat (próxima a integrarse en Indra) y la luxemburguesa SES como empresas principales, mientras que la compañía italiana quedó relegada a un segundo nivel de subcontratistas.

El acuerdo deberá ser revisado con el nuevo presupuesto europeo, es decir, en 2027, justo el año en que se estima que finalizaría la fusión si supera el examen antimonopolio.

En este contexto, el nuevo conglomerado, con una facturación de 6.500 millones de euros, busca consolidar su presencia tanto en la fabricación como en la operación de satélites. Esta dualidad siempre ha sido vista como un obstáculo para la competencia en Europa y podría requerir concesiones adicionales o un nuevo acuerdo que incorpore a otros actores potencialmente afectados, como Hispasat. La compañía española contrata la fabricación de sus satélites a ambas empresas francesas, por lo que si estas no solo los fabrican sino que también compiten contra ella, Hispasat se vería perjudicada. El mismo riesgo acecha a la mayoría de los actores europeos.

Aprobación Sindical

El primer obstáculo para el campeón europeo no será Bruselas, sino la obtención de la aprobación de los comités de trabajadores. La recepción del acuerdo ha sido dispar en Francia, tradicionalmente más reacia a este tipo de operaciones, que suelen implicar recortes de empleo.

Por un lado, la sección metalúrgica de la Confédération générale du travail (CGT) ha alertado que la operación generará un “monopolio” que dictará precios a las agencias públicas, al tiempo que desmintió la mala situación financiera esgrimida por las compañías francesas para justificar la lógica de la fusión, según reporta AFP.

Ambas empresas han realizado recortes de alrededor de 3.000 empleos antes de iniciar la fusión, por lo que el impacto se espera limitado en esta ocasión.

La operación también queda sujeta a detalles pendientes, como la nueva estructura directiva –un tema siempre delicado, sobre todo cuando hay empresas con participación estatal involucrada– o las compensaciones para algunas de las compañías participantes.

TRA Digital

GRATIS
VER