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Terrero puntualizó que la única manera de establecer esto con certeza es a través de una fiscalización interna, puesto que, al examinar una de las listas de su equipo, descubrió que, de 120 facultativos, apenas 20 estaban en condiciones de emitir su voto. “Esto pone en evidencia una seria falla de claridad. Si desconocemos quiénes tienen derecho a votar, tampoco podemos asegurar que el proceso sea verdaderamente democrático”, enfatizó el galeno.
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**Una auditoría inmediata y la promoción del voto universal**
Para el médico, quien fue director del Hospital Infantil Robert Reid Cabral, esta coyuntura es un espejo de una estructura obsoleta y poco abierta, que restringe la participación de miles de profesionales de la salud.
Terrero sugirió la necesidad de llevar a cabo una auditoría exhaustiva del registro electoral del CMD, con el fin de depurar, poner al día y transparentar la base de datos de los licenciados inscritos.
Además, impulsó la implementación del voto universal, de forma que todos los médicos puedan ejercer su derecho, independientemente de si están o no al día con sus aportaciones.
“Aspiramos a una institución más democrática. Que todos los médicos voten, no solo aquellos que poseen los medios para regularizar su situación. Esta sería la vía más equitativa para reforzar a la asociación”, declaró en el programa Uno más Uno.
No obstante, explicó que su planteamiento fue rechazado por la Comisión Electoral, lo que a su juicio mantiene la desigualdad y minimiza la participación.
“Esa negativa evita que el Colegio Médico avance hacia la modernización y la claridad que precisamos”, lamentó.
Aunque el CMD cuenta con más de 55,000 médicos inscritos, en las contiendas electorales más recientes la participación no ha superado los 12,000 a 14,000 votantes.
Terrero atribuye este bajo índice de participación al desaliento y la exclusión. “Hay colegas que llevan 10, 15 o 20 años laborando en centros hospitalarios públicos y no pueden votar por deudas antiguas. Otros sencillamente sienten que el colegio no los representa”, detalló.
Por ello, una de sus promesas es poner en marcha una amnistía general que elimine las deudas acumuladas, posibilitando que más médicos recuperen su facultad de voto.
“Vamos a borrar todo y empezar de cero. Queremos un colegio accesible para todos, no solo para un puñado de privilegiados”, aseveró.
Declaró que, en la actualidad, los médicos deben presentarse físicamente para revisar sus estados de cuenta o efectuar pagos.
Terrero propone crear una plataforma digital completa donde cada profesional pueda verificar su situación, pagar en línea y acceder a servicios gremiales desde cualquier punto del país.
“El Colegio Médico no puede continuar operando con métodos del siglo pasado. Requerimos un sistema moderno, ágil y transparente que simplifique la vida a los profesionales”, sostuvo.
**Modernizar el Colegio Médico** (Usando “Modernizar” en lugar de “Desarrabalizar” ya que “desarrabalizar” es muy local y “Modernizar” captura la intención de mejora y profesionalismo en un tono similar al resto del texto).
Con una frase que ha generado controversia, Terrero afirmó que su propósito es modernizar el Colegio Médico Dominicano.
“Buscamos un colegio serio, ético y profesional. Eliminar el desorden, la politiquería y las malas prácticas que han perjudicado la imagen del gremio”, manifestó.
Desde su perspectiva, el CMD debe retomar su rol como una institución técnica y representativa, “conducida por profesionales, no por grupos incrustados que se adueñan de sus procesos”.
Las elecciones del Colegio Médico Dominicano se llevarán a cabo el 12 de noviembre, con la concurrencia de cuatro planchas, que aún tienen chance de formalizar alianzas antes del cierre del proceso.
Terrero afirma que su proyecto dispone de un amplio respaldo tanto en la capital como en el interior.
“Lideramos la contienda. Los médicos anhelan una transformación genuina, y ese cambio implica modernizar y democratizar el colegio”, afirmó con firmeza.
La situación del Colegio Médico Dominicano refleja un dilema habitual en muchas organizaciones profesionales del país: la tensión entre lo ancestral y lo actual, entre la burocracia y la claridad.
La propuesta de Clemente Terrero no solo busca obtener una victoria electoral, sino también replantear la forma en que los médicos dominicanos participan y se ven representados dentro de su propia asociación.
Aseguró que el próximo 12 de noviembre, los médicos no solo seleccionarán una nueva directiva, sino que decidirán si el Colegio Médico Dominicano permanece atado al pasado o da el salto hacia una etapa de apertura, tecnología y genuina democracia institucional.















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