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El partido oficialista La Libertad Avanza dispone de seis escaños en la cámara alta y 37 en la baja
BUENOS AIRES.- Los ciudadanos argentinos acuden a las urnas este domingo en unos comicios legislativos cruciales que representan un examen a la gestión del presidente Javier Milei, presionado por un creciente malestar ciudadano a causa del estancamiento económico y la mengua del poder adquisitivo en la nación sudamericana.
Milei encara esta elección con el objetivo de conseguir la mayor cantidad posible de legisladores para asegurar la gobernabilidad y la aprobación de reformas económicas fundamentales, de las que están muy pendientes los mercados y su principal aliado en el continente, el expresidente Donald Trump.
En estos comicios, que renovarán parcialmente el Congreso, los argentinos seleccionarán a 24 senadores y 127 diputados. El partido de gobierno La Libertad Avanza ostenta seis miembros en la cámara alta y 37 en la baja.
Esto se percibirá como un test a la administración de Milei, que en los últimos tres meses ha perdido impulso debido a la disminución del consumo, la volatilidad cambiaria y los crecientes miedos sobre la posibilidad de que el país no pueda hacer frente a sus obligaciones de deuda. El líder ultraderechista accedió al poder tras vencer en la segunda vuelta de noviembre de 2023 con la promesa de erradicar la inflación, reactivar la economía y acabar con los vicios de la clase política tradicional.
“Sí, por supuesto que voy a votar por Milei. Muchas cosas han mejorado: en la economía, en los impuestos, en las importaciones, en la seguridad, en la calle”, indicó Luciano Naredo, un vendedor de coches de alta gama, a The Associated Press mientras paseaba por una zona de Puerto Madero, un distrito exclusivo en la ciudad de Buenos Aires.
El hombre, de 28 años, resaltó que ahora hay “menos obstáculos y tarifas” para importar y que se ha reducido la cantidad de manifestaciones. “El día a día transcurre de forma más fluida”, opinó.
En el mismo barrio reside Fernanda Fernández, una antigua ejecutiva de una tienda minorista que actualmente alquila barcos y yates y siente decepción por Milei, a pesar de haberlo votado.
“Dentro de mi círculo veo a gente satisfecha. Pero si me alejo un poco, veo a las personas sumamente preocupadas por cómo llegar a fin de mes, por cómo mantener a una familia, por la salud”, comentó.
A tan solo unos minutos de allí, en la fundación Isla Maciel — una ONG que brinda asistencia a personas marginadas — la fila de individuos pidiendo alimentos, con recipiente en mano, se alarga, consecuencia de una crisis que se agudiza entre los sectores más desfavorecidos.
Gerardo Álvarez explicó que se mantiene con trabajos esporádicos (“changas”), la pensión de su difunto padre y la jubilación de su madre de 84 años, con quien convive. Aseguró que la gente acude al comedor “porque no les queda otra opción” y critica al gobierno de Milei: “Con este gobierno no he visto ninguna mejoría. Vamos para atrás. Hay muchísima hambre y miseria. A todo el mundo le va mal”.
A la caída del consumo se han sumado la inestabilidad del tipo de cambio y la creciente preocupación de que el país no pueda cumplir con sus compromisos de deuda, si bien Milei ha contado con el respaldo de Estados Unidos, que intervino en el volátil mercado cambiario local mediante la adquisición de pesos y un intercambio de divisas por 20.000 millones de dólares con el objetivo de contener la volatilidad.
Sin embargo, Trump ha supeditado cualquier ayuda a que Milei consiga derrotar en las urnas al peronismo de centroizquierda, que hace un mes propinó un severo revés al gobierno, al vencerlo por 14 puntos en las elecciones legislativas locales de la provincia de Buenos Aires, un distrito que concentra cerca del 37% del padrón electoral.















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