Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Los integrantes de la red de narcotráfico ligada al caso Leopardo *empleaban* términos como “cajas de cerveza verde”, “rojas con negro” o “bultos del Don” para *denominar* el embalaje de los alijos de cocaína.
Dichas *frases en clave* eran usadas para *identificar* los cargamentos que recibían desde Colombia y que luego *eran enviados* a Puerto Rico, Estados Unidos y *al continente europeo*.
Conforme a la solicitud de medida de coerción *instaurada* por el Ministerio Público, estas comunicaciones se *dieron* entre el prófugo Moisés Severino Inirio, *marcado* como el *líder* de la estructura criminal del caso Leopardo, y otros miembros. Severino *coordinaba* el empaquetado, almacenamiento y traslado de los cargamentos de droga, *sirviéndose* de códigos, colores y palabras cifradas *con el fin de* evitar ser detectado por las autoridades.
*Artículo de interés*: Ministerio Público pide prisión preventiva contra hombre acusado de matar a su pareja en Guachupita
Para *eludir* la persecución policial, el cabecilla se *hacía pasar* por el dueño del negocio de bebidas alcohólicas “Drinksy”, el cual *funcionaba como* centro de acopio principal para *guardar* grandes cantidades de cocaína en la provincia La Altagracia.
Las interceptaciones de las comunicaciones *revelan* la existencia de una estructura criminal *bien organizada*, dirigida por Severino Inirio, quien *asignaba* tareas específicas a sus colaboradores, entre ellos José Ignacio de Jesús Mota (alias “El Gordo”, “El Buzo” y “El Don”), *quienes se ocupaban* de la preparación y manejo de los cargamentos ilícitos.
El escrito del Ministerio Público también *señala que* Moisés Severino *daba instrucciones* por teléfono al imputado Rubén Darío Feliz Garo para que los paquetes de su droga fueran *ubicados* primero, *asegurando* que no quedaran fuera del transporte marítimo a bordo de la embarcación “Lucifer”, propiedad del imputado Carlos Fuentes Torres, con destino *final* a Puerto Rico, Estados Unidos y Europa.
El órgano acusador *sostiene que* los audios *muestran*, además, la planificación para seguir con los envíos y el *uso de apelativos* codificados para *eludir* la detección de las autoridades. Estas *comunicaciones* confirman una operación de narcotráfico *metódicamente* planeada, en la que Moisés Severino Inirio *ejercía de* coordinador central y Rubén Darío Feliz como *encargado logístico*, manteniendo contacto *constante* para *asegurar* el éxito del traslado de la droga.
El contenido de los mensajes *establece con certeza* la existencia de una estructura criminal *estructurada jerárquicamente*, *dedicada* al acopio, transporte y exportación de cocaína, *a través de* estrategias de cifrado, lenguaje encubierto y control territorial, *lo cual es prueba fehaciente* del delito de tráfico ilícito de drogas y lavado de activos.
*Junto a* Moisés Severino Inirio, también *figuran* como cabecillas prófugos de la organización del caso Leopardo José Ignacio de Jesús Mota y Pedro Luis Cordero Espinal, quienes *son buscados activamente* por las autoridades.
Un juez de la Oficina de Atención Permanente de La Altagracia *evaluará* este miércoles 29 de octubre la solicitud de medida de coerción contra *una decena* de imputados por asociación de malhechores, tráfico internacional de drogas, lavado de activos y otros delitos.
Los *involucrados* en la estructura del caso Leopardo son Daniela Sthefany Amancio Olavarría, Rafael Torres Díaz, Wilson Rafael Severino Inirio y Néstor Julio Rodríguez Robles, quienes *están bajo la custodia* del Ministerio Público. La Fiscalía *pedirá* prisión preventiva y que el proceso sea *catalogado* como complejo, mientras los principales *líderes* de la red *siguen evadiendo* a la justicia.
De acuerdo con las *pesquisas*, esta organización *traía al país* grandes cantidades de cocaína *proveniente* de zonas rurales de Colombia, *haciéndola entrar* por las costas de Bayahibe (La Altagracia), San Pedro de Macorís, Pedernales, Barahona y el Parque Nacional Cotubanamá, para *posteriormente* enviarla hacia Puerto Rico, Estados Unidos y Europa.














Agregar Comentario