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En el Túnel, plantan cara al mal tiempo con partidas de dominó. (No estoy seguro de si este cambio es muy “ligero”, por favor, dame más información si necesitas un texto más o menos reescrito)

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Después de los fuertes chubascos, sus hogares y enseres se hallan anegados, una circunstancia que, según los lugareños, no constituye una novedad en el sector.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Allá, algunos residentes con sus tareas detenidas, como los obreros de la construcción Francisco de la Cruz, Ramón Paulino, Ramón y José Luis Mateo, todos ellos con más de medio siglo viviendo en la zona, encontraron una particular manera de ocupar el tiempo: jugando al dominó dentro del lecho del río Isabela.

En medio de la emergencia que sobrevino por el paso del huracán Melissa, que escaló a categoría 4 este pasado domingo y que ha provocado aguaceros intensos en gran parte del territorio nacional, los vecinos de El Túnel de Capotillo, en el Distrito Nacional, han descubierto en el juego de mesa una peculiar forma de diversión.

Sin embargo, la realidad de quienes allí habitan es compleja. Después de los fuertes chubascos, sus hogares y enseres se hallan anegados, una circunstancia que, según los lugareños, no constituye una novedad en el sector.

De acuerdo a los residentes, cada vez que llueve tienen que enfrentar las mismas circunstancias, por lo que sus habitantes afirman estar serenos.

Pasando el mediodía, Listín Diario visitó la mencionada comunidad, que se encuentra al borde de la confluencia de los ríos Ozama e Isabela, donde pudo constatar el alto nivel de vulnerabilidad de sus habitantes.

Allí, varios vecinos que tienen sus tareas suspendidas, como los albañiles Francisco de la Cruz, Ramón Paulino, Ramón y José Luis Mateo, quienes llevan todos más de 50 años residiendo en el área, idearon una forma singular de pasar las horas: jugando al dominó justo en el cauce del río Isabela.

Esta escena se desarrollaba entre las aguas revueltas del Isabela, un río tristemente célebre por su contaminación, repleto de desechos y otros residuos sólidos. De la Cruz, uno de los jugadores, comentó que a lo largo de esta semana se han dedicado a estos juegos de mesa como una estrategia para despejar la mente y quitarse las preocupaciones.

“Ya estamos acostumbrados a esto, el río no va a crecer más de lo que ya está, por eso nos quedamos aquí tranquilos echando una partida de dominó”, comentó mientras colocaba las fichas sobre la mesa de juego.

Al referirse de lleno a los eventos climáticos que han paralizado sus actividades, manifestó: “Dependemos de la voluntad de Dios para cuando esto se acabe”.

Igualmente, señaló que, en caso de que el volumen del río se incremente de repente a causa de las lluvias, la comunidad busca refugio en la “Escuela Básica El Túnel”. Al mismo tiempo, expresó su ferviente esperanza de que tal cosa no ocurra.

“Si las aguas del río suben más, nos vamos todos a la escuela, que es nuestro refugio, pero ojalá que eso no suceda”, dijo con una sonrisa.

“Este es nuestro pasatiempo de viejos, y por ahora no podemos hacer nada”, expresó en voz alta el señor Francisco de la Cruz, justo cuando los reporteros de este periódico se alejaban del lugar.

Los niños en Capotillo también encuentran métodos para divertirse bajo la lluvia.

Así pues, mientras cae la precipitación, los más jóvenes se bajan los pantalones y se deslizan sobre la superficie de la cancha de baloncesto de El Túnel, usando sus cuerpos como trineos. Otros simplemente disfrutaban bañándose bajo el aguacero.

Miguel Mateo, de 12 años, es uno de los chicos que realizaba estas piruetas con destreza.

“Cuando empieza a llover, salimos a empaparnos, jugamos en la cancha con balones y ‘patinamos’ arrastrando el cuerpo”, explicó con alegría.

Comidas preparadas

Durante el recorrido por El Túnel de Capotillo, se pudo constatar que el Gobierno ha acudido a distribuir raciones de comida caliente y kits de limpieza, como respuesta a las inundaciones causadas por las lluvias.

“Queremos dar gracias a Dios y al Plan Social de la Presidencia por estas 400 comidas que entregamos día tras día”, declaró Alex Sosa, quien preside la Junta de Vecinos La Humanidad, en Capotillo.

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