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PARÍS (AP) — Más de un centenar de investigadores laboraron sin descanso para desentrañar cómo unos ladrones llevaron a cabo el audaz asalto al Museo del Louvre en París, con el firme propósito de recuperar las joyas sustraídas y llevar a los responsables ante la justicia.
El robo a pleno día de piezas centenarias del museo más visitado del mundo, consideradas de altísimo valor cultural y pecuniario, capturó la atención global por su osadía y detalles propios de un guion cinematográfico. Sin embargo, hasta la fecha, se ha revelado poca información sobre el progreso de las pesquisas, lo que ha generado frustración entre quienes están habituados al constante flujo de noticias sobre sucesos en Estados Unidos o en los tabloides británicos.
Los sospechosos, al igual que las gemas, permanecieron ocultos; el sumario del caso envuelto en secretismo y las autoridades francesas, fiel a su estilo, adoptaron una postura reservada. La fiscal de París, Laure Beccuau, indicó el domingo que se ofrecerían más pormenores una vez que concluyera el plazo de detención de los sospechosos, previsiblemente a mitad de semana, en función de los cargos imputados.
Las autoridades señalaron que a los malhechores les tomó apenas unos minutos subir en un ascensor por un lateral del museo, romper las vitrinas de protección y llevarse ocho objetos valorados en cerca de 88 millones de euros (102 millones de dólares) el pasado 19 de octubre. El botín incluía una tiara de zafiros, un collar y un pendiente de un juego ligado a las reinas del siglo XIX, María-Amelia y Hortensia.
Beccuau informó que se ha abierto una investigación por posibles cargos de asociación ilícita y robo en banda organizada, delitos que pueden acarrear fuertes multas y largas penas de prisión. La fiscal también mencionó que se efectuaron varias detenciones el sábado por la noche, si bien no proporcionó nombres ni el número exacto de arrestados. Se reportó que uno de los sospechosos fue apresado en un aeropuerto parisino cuando intentaba abandonar el país.
En Francia, donde las normativas de privacidad son rigurosas, las imágenes de los presuntos delincuentes no se hacen públicas. Los sospechosos no son expuestos ante las cámaras al ser detenidos ni se muestran fotos policiales. La presunción de inocencia está consagrada en la constitución francesa y es un principio hondamente respetado en toda la sociedad.
La información relativa a las investigaciones debe ser confidencial según la legislación francesa, una práctica conocida como “secreto de instrucción”, y únicamente el fiscal tiene potestad para hablar públicamente sobre los avances. La policía y los investigadores tienen prohibido divulgar detalles sobre arrestos o sospechosos sin la autorización del fiscal, aunque en casos de gran repercusión anteriores, sindicalistas de la policía han filtrado información parcial. Beccuau lamentó la fuga de información sobre la investigación en curso.
Un oficial de policía, que no estaba autorizado a declarar públicamente sobre el caso, confirmó a The Associated Press que dos hombres de unos treinta años, ambos con antecedentes policiales, fueron detenidos. Añadió que uno de los sospechosos fue arrestado mientras intentaba abordar un avión con destino a Argelia. No se descartan más arrestos a medida que prosigue la investigación.
Los más de cien investigadores dedicados al caso, según Beccuau, examinaron 150 muestras de ADN, grabaciones de vigilancia y pruebas dejadas por los ladrones. Entre las unidades asignadas se encuentra la Brigada para la Represión del Bandidaje, la sección especial de la policía encargada de atracos a mano armada, robos graves y sustracciones de arte.
Recuperar las joyas puede ser uno de los desafíos más complicados para los investigadores. Las autoridades francesas han incorporado las piezas a la Base de Datos de Obras de Arte Robadas de Interpol, un registro mundial que contiene aproximadamente 57.000 bienes culturales desaparecidos.
Interpol, la red policial internacional más extensa del mundo, no emite órdenes de arresto. No obstante, si las autoridades temen que un sospechoso pueda evadirse, Interpol puede difundir la información mediante un sistema de notificiones codificadas por colores. Los investigadores franceses también pueden colaborar con autoridades europeas si es preciso, recurriendo a la agencia de cooperación judicial de la Unión Europea, Eurojust, o a su organismo de aplicación de la ley, Europol.
Ambas organizaciones pueden facilitar las investigaciones y las detenciones en el bloque de 27 miembros. Las peticiones de asistencia deben proceder de las autoridades nacionales, ya que ninguna de las organizaciones puede iniciar una investigación por cuenta propia.
Beccuau reiteró que se darían a conocer más detalles una vez que expire el tiempo de custodia de los sospechosos. La duración de este periodo dependerá de los cargos que se les imputen. Si, como han reportado medios franceses, se les investiga por asociación ilícita, pueden ser retenidos hasta 96 horas antes de que se presenten cargos formales. Sin embargo, no se debe esperar una avalancha de actualizaciones, ya que las acusaciones y los veredictos no suelen hacerse públicos de forma rutinaria en Francia. Los juicios franceses no son televisados, y a los periodistas no se les permite filmar ni fotografiar nada dentro de la sala durante un proceso judicial.















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