Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa León XIV ha solicitado a las instituciones educativas católicas que intensifiquen la capacitación de sus profesores también en el plano digital, “alejándose de la aversión a la tecnología”, y ha urgido a facilitar el acceso a la enseñanza a quienes más lo necesitan.
La misiva apostólica, titulada “Trazando nuevos mapas de esperanza”, se dio a conocer al cumplirse 60 años de la declaración “Gravissimum educationis”, el documento sobre la enseñanza católica emanado del Concilio Vaticano II.
El escrito aborda el manejo de la tecnología, uno de los puntos clave enfatizados por el jerarca argentino al inicio de su papado, y pide “audacia pastoral” para “fortalecer la formación de los educadores también en el ámbito digital, realzar la pedagogía activa, fomentar el aprendizaje-servicio y la responsabilidad cívica, y evitar toda forma de rechazo a la tecnología”.
“Nuestra postura ante la tecnología jamás debe ser adversa, puesto que el avance tecnológico es parte del diseño divino para la creación”, expone León.
Lo trascendente “no es la herramienta tecnológica, sino el uso que le damos. La inteligencia artificial y los entornos virtuales deben dirigirse a resguardar la dignidad, la justicia y el trabajo”, añade el sumo pontífice, quien advierte que “ningún código algorítmico puede reemplazar la lírica, el afecto o el gozo del descubrimiento”.
También subraya que en las instituciones de educación superior católicas se requieren “menos estrado y más mesas para converger, sin barreras jerárquicas innecesarias, para confrontar las cicatrices históricas y hallar, en el Espíritu, saberes que surjan de la vivencia de los pueblos”.
León XIV recalca que “el seno familiar permanece como el primer núcleo formador” y que “las instituciones escolares católicas cooperan con los padres, no los reemplazan, ya que la responsabilidad de instruir, en especial en la fe, recae prioritariamente sobre ellos”.
El líder religioso rechaza el “enfoque meramente comercial que hoy en día frecuentemente obliga a evaluar la educación en función de su operatividad y rédito práctico”.
“Allí donde el acceso a la formación sigue siendo un privilegio, la Iglesia debe forzar el acceso e idear vías, pues marginar a los desfavorecidos es, en esencia, perder la propia escuela”, concluye.
Sostiene que “la enseñanza católica tiene el propósito de restaurar la confianza en un entorno marcado por la contienda y el temor, recordando que somos vástagos, no desamparados: de esta convicción emerge la hermandad”.
Y el texto finaliza invitando a las comunidades educativas a “desactivar las palabras duras” y a formar con “expresiones no bélicas, que promuevan la reconciliación, tendiendo puentes, no levantando barreras”.















Agregar Comentario