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Sería un error negar los progresos logrados por la República Dominicana en el ámbito sanitario. La ampliación de la infraestructura hospitalaria pública y el refuerzo de la cobertura mediante el Seguro Social Dominicano han posibilitado asegurar asistencia médica a millones de personas.
No obstante, este logro social se enfrenta a peligros discretos que podrían minar su viabilidad.
Los engaños dentro del esquema son más frecuentes de lo que se ha revelado.
Ejemplos de facturación inflada, empleo de asegurados ficticios, alteración de prescripciones y reclamaciones espurias agotan fondos vitales.
Cada acto fraudulento disminuye la capacidad del sistema para proveer fármacos, servicios de urgencia y atención adecuada a los miembros. Además, existe otra conducta nociva por parte de ciertas Aseguradoras de Riesgos de Salud (ARS) que ponen trabas a mujeres en edad laboral y mayores de 60 años, con el fin de retener a los asegurados con menor probabilidad de siniestros.
La Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL) tiene la misión de eliminar los vacíos legales por donde se evaden esos fondos y apretar la supervisión del Seguro Familiar de Salud. Es fundamental mantener una atenta vigilancia, castigar severamente y emplear la tecnología para detectar anomalías antes de que deriven en cuantiosas pérdidas.
Pero la dificultad no cesa allí. También hay beneficios excesivos y desajustes que necesitan ser examinados.
Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) funcionan bajo normativas que aseguran resultados positivos, pero dicho rendimiento no puede ser desmedido en comparación con las ventajas tangibles de los empleados.
El sistema tiene que inspirar confianza, no enfado.
La nación no debe permitir que los excesos de unos pocos deterioren el mayor triunfo social de estos últimos años. Proteger el seguro social contra el engaño y las desviaciones es una labor prioritaria.
Omitir esto sería allanar el camino hacia el desmoronamiento de un modelo que ha brindado dignidad, resguardo y expectativa a incontables dominicanos.















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