Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
ESPAÑA- Resulta fundamental “modificar la idea de que las personas pueden disponer de los animales como quieran, apartándolos de su medio natural, usándolos en investigaciones o adiestrándolos para exhibiciones”, apunta el grupo de expertos de la Fundación Mona, FM, entidad enfocada en el cuidado y preservación de primates.
Los conocedores de esta entidad consideran esencial “promover la reflexión entre la juventud sobre el buen trato y la ética hacia los animales, los derechos universales de estos seres, cómo les impacta el cambio climático y la relevancia de los refugios para animales”.
TE PUEDE INTERESAR: Día de Muertos: ¿Cuáles son las almas que se honran el 30 de octubre?
LOS MAYORES DEBEN SER UN EJEMPLO
Para inculcar a sus vástagos el aprecio y consideración hacia las criaturas vivas, “los adultos deben ser los primeros en demostrar respeto, y un trato justo y digno, hacia los seres vivos en su día a día, puesto que los menores aprenden observando”, según señalan.
El equipo de la FM aconseja a progenitores y formadores “usar cuentos e ilustraciones para niños y documentales, impulsar proyectos escolares sobre conservación y organizar salidas al entorno natural, ya que son tácticas efectivas” para concienciar a los niños sobre el bienestar animal, comenta Valsera
En este aspecto, apoyan lo manifestado por la célebre primatóloga Jane Goodall, en el sentido de que solo si conocemos a los animales, nos importarán; solo si nos importan, los asistiremos; y solo si los asistimos, se salvarán.
VISITAS A REFUGIOS DE ANIMALES
Para la bióloga Cristina Valsera, cotitular del área de rescate y recuperación de primates de la Fundación Mona, “las visitas a santuarios de animales también tienen un rol clave en la formación de una conciencia ecológica infantil”.
Los albergues son espacios donde diversas especies que han sufrido abusos, explotación o pruebas científicas, residen en un entorno seguro, tienen un sitio permanente y reciben la atención y el afecto que necesitan, hasta su fallecimiento natural.
“En los santuarios, los animales viven en atmósferas lo más cercanas a su estado natural posible, sin ser explotados para diversión. En dichos lugares, los niños conocen la trayectoria de los animales rescatados y cómo se les provee un asilo seguro, cimentando la empatía y el respeto”, añade Valsera.
INFÓRMESE ANTES DE IR A UN ZOOLÓGICO
Valsera indica que las visitas a zoológicos o granjas educativas son también un recurso valioso para enseñar a los niños a cuidar y valorar a los animales, pero debido a que algunos de estos establecimientos podrían no cumplir con las directrices de protección animal, es preciso confirmar que el sitio a visitar es aconsejable antes de acudir.
TE PUEDE INTERESAR: ¿Sabías que admirar obras de arte en museos ayuda a reducir los niveles de tensión?
Para recabar información, el equipo de la Fundación Mona sugiere revisar en línea las experiencias y opiniones de otros visitantes, además de comprobar las valoraciones de organizaciones defensoras del bienestar animal como WWF, AnimaNaturalis o las referentes en cada país, las cuales suelen tener análisis y listados de zoológicos y centros que albergan animales.
¿MI HIJO ESTÁ LISTO PARA TENER UN AMIGO ANIMAL?
Al momento de decidir acoger una mascota es fundamental que los padres determinen si sus hijos más pequeños están aptos para compartir vida con un animal doméstico, recalcan.
Para los especialistas de la FM “es imprescindible que los adultos valoren la madurez y la responsabilidad del menor; se cercioren de que su anhelo por tener una mascota no sea fugaz y busquen juntos datos sobre los requerimientos específicos de esa mascota, y ponderen cómo se integrará en la rutina familiar”.
Estos peritos recomiendan priorizar la acogida de animales en albergues y asociaciones de rescate, donde es posible conocer previamente a las criaturas y dialogar con el personal de estas instituciones sobre sus necesidades y comportamientos.
EL CARIÑO A LOS ANIMALES COMO FUNDAMENTO DE LA EMPATÍA
“La niñez se caracteriza por un sentimiento intrínseco de cercanía al medio natural, afecto por todo lo que concierne a la naturaleza y los animales”, explica Nuria Máximo Bocanegra, directora de la Cátedra Investigación Animales y Sociedad, de la universidad española Rey Juan Carlos, en el medio de difusión académica The Conversation.
“Sabemos, asimismo, que el proceso de adquisición de conocimientos en la infancia debe fundamentarse en vivencias con fuerte carga emocional y positiva, ya que estas potenciarán la asimilación de saberes, aptitudes, destrezas, valores y actitudes”, señala esta terapeuta ocupacional.
En lo referente a la empatía (habilidad para entender los sentimientos de otro y manifestarlo en la interacción), Máximo considera que “instruir a un niño a sentir afecto por otra especie facilitará que aprenda de manera más perdurable y sencilla que los demás sienten y pueden experimentar sensaciones distintas o contrarias a las nuestras, y que en cualquier caso, nuestras acciones no deben dirigirse a otro fin que no sea el del respeto”.
EL AMOR A LOS ANIMALES COMO PUNTO DE PARTIDA
Para Máximo, la educación formal (junto con la familia y la sociedad) es uno de los vehículos más importantes para dotar de capacidades inter e intrapersonales y principios éticos a los más jóvenes, y para fomentar el afecto y el amor por los animales, como un modo efectivo de trabajar la empatía en general.
En ese orden de ideas, promueve la inclusión en la enseñanza de temas orientados a las dos facetas de la empatía (la cognitiva y la afectiva) y adaptados al nivel de desarrollo cognitivo y emocional de los infantes.
“Si el principio pedagógico que se persigue consiste en ‘descubrir el entorno, y los seres vivos con los que convive’, con los preescolares lo haremos con animales del ámbito más cercano como son las mascotas domésticas”, indica.
Por su parte, “en los estudiantes de primaria, secundaria e incluso bachillerato incluiremos información sobre fauna salvaje, y preceptos para la reflexión como el riesgo de desaparición de algunos de ellos”, aconseja.
“El acercamiento de los menores al medio natural jamás debe basarse en la introducción de animales en el salón de clases, como un roedor o un ave en una jaula, ni en organizar visitas a parques zoológicos u otros centros con animales en cautiverio, excepto santuarios o albergues de animales”, argumenta.
COMPASIÓN POR LOS ANIMALES Y POR LAS PERSONAS
Nuria Máximo afirma que “la ciencia ha revelado que la empatía es la chispa que enciende la misericordia y nos impulsa a auxiliar al prójimo cuando está sufriendo”.
“Si logramos comprender y captar cuándo el otro padece, y cómo consolarlo, podremos solventar nuestras discrepancias y los conflictos de un modo más sosegado. Esto es, la empatía se transforma en una herramienta de protección social y de combate contra la agresividad”, reflexiona.
“Educar a lo largo de toda la etapa escolar en el desarrollo de la empatía hacia los animales es forjar individuos con un mayor sentido social y con métodos para enfrentar los desacuerdos de forma pacífica y menos beligerante”, subraya.
CÓMO FACILITAR A LOS NIÑOS EL AMOR POR EL ENTORNO NATURAL
“El invertir tiempo al aire libre de manera constante nos ayuda a administrar la tensión, brindándonos espacio y tiempo para procesar nuestras emociones. Nos fuerza a levantarnos del sofá, tomar aire puro y despegar la vista de las pantallas para admirar a las personas, los parajes y la flora que nos rodea”, destaca Olivia Barney, del Museo de Historia Natural de Utah (NHMU, por sus siglas en inglés).
Pero además, según esta vocera, “el tiempo que pasamos en la naturaleza también puede influir en la interacción familiar y en las posturas hacia la preservación o la responsabilidad medioambiental, especialmente en niños pequeños”.
Menciona que de los resultados de una investigación efectuada en Finlandia y que equiparó diversos tipos de programas de educación temprana y registró los sentimientos de los alumnos (de seis años) hacia la naturaleza, se desprende que “entre más tiempo pasan los infantes al aire libre, más les importa cuidar el planeta”.
JUGANDO A PONERSE EN EL SITIO DE LOS ANIMALES
Una forma excelente que tienen los padres de hacer más emocionantes las salidas al aire libre con sus hijos pequeños consiste en variar el punto de vista, pasando del humano al animal, según Barney.
“¿Qué criaturas habitan el área que están explorando? ¿Cómo perciben el suelo? Utilicen prismáticos para ver las cosas con una visión mejorada (como un águila). Agáchense para observar las cosas como las ve una serpiente. ¡Escalen a un árbol para ver el mundo desde la perspectiva de una ardilla!”, sugieren desde el NHMU.
“Al cambiar nuestra perspectiva y simular ser diferentes animales, podemos realizar nuevas observaciones, formular distintas interrogantes y sentir curiosidad por más elementos. Es entretenido. Es sencillo. Y se adapta a cualquier ambiente natural, incluso al más cercano a su comunidad o geografía”, finaliza.
DESTACADOS:
– El equipo de especialistas de la Fundación Mona, dedicado al cuidado y preservación de primates, subraya “la importancia de que los adultos (progenitores y educadores) trasmitan a los niños el aprecio hacia los animales desde una edad temprana”.
– Enseñar a un infante a sentir afecto por otra especie le facilitará que aprenda de manera más duradera y sencilla que los demás sienten y pueden experimentar sensaciones distintas o contrarias a las nuestras, y que sus acciones deben orientarse al respeto por ellos, indica la terapeuta ocupacional Nuria Máximo, especialista en Animales y Sociedad.
– Una manera excelente que tienen los padres de hacer más atractivas las actividades al aire libre















Agregar Comentario