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La CNMC publica por descuido los emails de cerca de 400 creadores de contenido que estaban en el censo oficial

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No obstante, el envío se efectuó omitiendo el uso de la copia oculta (CCO), de manera que todos los destinatarios accedieron a las direcciones de los demás.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Madrid. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha cometido un grave descuido de privacidad al remitir un correo electrónico sin usar la copia oculta a cerca de 400 creadores de contenido e “influencers” incluidos en el flamante padrón de “Usuarios de Especial Relevancia” (UER). El fallo propició que todos los receptores pudieran ver las direcciones de correo electrónico ajenas, provocando una cascada de respuestas y mensajes privados en cadena.

Este suceso ocurre justo cuando entra en vigor el nuevo marco regulatorio de la CNMC que rige la actividad de los creadores con más de un millón de seguidores y ganancias anuales superiores a los 300.000 euros. El propósito de esta ley, aprobada en 2024, es profesionalizar el ámbito y aplicar las mismas exigencias de transparencia que se requieren a los medios tradicionales.

Estos “usuarios destacados” deben inscribirse ante la CNMC y acatar pautas sobre publicidad, resguardo de menores y veracidad del contenido. Hasta ahora, solo 36 grandes creadores se habían anotado formalmente, pero el organismo busca intensificar la supervisión sobre aquellos que generan altos ingresos en plataformas como YouTube, TikTok o Instagram.

El mensaje de la CNMC recordaba a los creadores su deber de estar apuntados en el registro. No obstante, el envío se efectuó omitiendo el uso de la copia oculta (CCO), de manera que todos los destinatarios accedieron a las direcciones de los demás. Algunos contestaron explicando su situación particular, lo cual acrecentó la divulgación de información sensible.

“Me llegó un email de la CNMC destinado a los UER, ¡y fue con copia para todos los demás!”, se quejó uno de los afectados en redes. “Hay personas que incluso respondieron afirmando no alcanzar el umbral porque ganan menos de 300.000 euros al año”.

Horas más tarde, la propia Comisión cursó una segunda comunicación, esta vez con copia oculta e incluyendo sus disculpas. En ese aviso, la CNMC alegó que “los datos provienen de fuentes públicas” y que se trató de un desliz humano puntual que ya había sido subsanado.

Letrados expertos en derecho digital, como Borja Adsuara, señalan que el caso podría ser susceptible de multa si los datos no fueran de acceso público. “Cuando una entidad gubernamental comete estos fallos, es más serio que si lo hiciera una empresa privada, ya que los ciudadanos entregan su información por mandato, no por decisión propia”, comentó en declaraciones al espacio Todo es mentira.

A pesar de ello, la normativa española de Protección de Datos no contempla imponer sanciones a la administración pública por este tipo de infracciones, algo que sí sucede en otros países europeos. “De haber sido una firma privada la que cometiera esto, la sanción podría ascender a 20.000 o incluso 40.000 euros”, precisó Adsuara, si bien recalcó que “legalmente, la CNMC queda exenta de sanción”.

El incidente ha generado críticas y burlas en el entorno digital, dado que la CNMC es precisamente la autoridad encargada de imponer penas a las cadenas de televisión y corporaciones por incumplir las disposiciones de comunicación. “¿Quién sanciona al ente regulador?”, ironizaron varios foreros.

La controversia ha reavivado las objeciones hacia la “excesiva regulación del ámbito digital”. Algunos expertos consideran que el registro de creadores resulta innecesario y que la ley ya contempla castigos por faltas publicitarias o delitos sin requerir la creación de nuevas clasificaciones legales. “Cuanta más injerencia estatal en la libertad de las plataformas, mayor riesgo de censura y control”, opinó Adsuara.

El reglamento, integrado en la Ley General de Comunicación Audiovisual adaptada a la directiva europea, equipara a los grandes creadores con los medios en materias como tributación, publicidad y salvaguarda de menores. Sin embargo, su implementación práctica ha levantado interrogantes debido a la falta de claridad sobre quién debe registrarse y qué ingresos se contabilizan.

Entretanto, la equivocación de la CNMC ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sistema: un intento por fortalecer la transparencia digital ha terminado exponiendo información personal de algunos de los generadores de contenido más seguidos del país.

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