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El PP gallego iguala el derecho a manifestación con la violencia callejera
El PP ha transformado lo que comenzó como una muestra de apoyo al pueblo palestino en una contienda ideológica. El representante en el Parlamento gallego, Alberto Pazos, se desplazó a la urbe herculina para calificar de “serio atentado al respeto institucional” el izado de las banderas palestina y gallega en la plaza del Rectorado de la Universidade da Coruña (UDC). Todo debido a que, junto a ellas, no se ondeó también la española. Si bien Pazos evitó la acusación directa el viernes, los populares llevan días acusando al rectorado de haber quitado la rojigualda, algo que la institución ha negado, explicando que los mástiles utilizados para este “gesto simbólico” suelen estar vacíos. El BNG, principal fuerza opositora en Galicia, ha instado a los populares a “dar por terminada su ofensiva de desprestigio al más puro estilo [Alfonso] Rueda”.
“Se trata de una acción deliberada que persigue la confrontación”. Aunque pudiera interpretarse así, con estas palabras pronunciadas junto a los estandartes, Pazos no se refería a la estrategia del PP, sino a la decisión del rectorado. Según reporta Europa Press, insistió en que “existe un pendón de España que podría acompañar al gallego” y denunció que no es aceptable “emplear peticiones, por justas que sean, para armar un pequeño alboroto”.
“Buscan pretextos para justificar algo que podría solucionarse fácilmente y teniendo en cuenta todas las sensibilidades”, añadió antes de enfatizar que es “una cuestión de decoro institucional”. “Es un espacio público que debe representarnos a todos”, reiteró, indicando que “esperaba que la situación fuera subsanada” tras la protesta expresada por el Partido Popular ante el suceso.
La presencia de Pazos en A Coruña es continuación de la campaña que su partido inició en redes sociales. Los populares coruñeses subieron una publicación en la plataforma X donde acusaban a la universidad de “retirar una enseña oficial”. Esto fue compartido por figuras como la número dos del PPdeG, Paula Prado, quien calificó la medida de la UDC de “muy seria e inmerecida”.
En consecuencia, Pazos ha hecho un llamamiento al “sentido común” y ha exigido una “corrección inmediata” por parte del centro académico. “Deben cesar en esta conducta de ocultar un símbolo que nos representa a todos y no permitir que ocupe su sitio junto al resto de emblemas”, reiteró, considerándolo un hecho “inaceptable e inadmisible”.
La UDC ha contestado a la arremetida popular con un comunicado donde explica que el izado de banderas en la plaza del Rectorado es un acto “simbólico, de respaldo al pueblo palestino y de rechazo a lo que está padeciendo”. Aclara, además, que para ello usó unos postes en los que “habitualmente no hay banderas”, sino que están dispuestos “para colocarlas cuando la ocasión lo requiere”. “No se apartó ninguna bandera, ni se sustituyó enseña alguna”, afirma, para desmentir las versiones difundidas al respecto.
El escrito aclara que, junto al pabellón de Palestina, se dispuso el de la UDC “puesto que había otro poste libre”; y como quedaba un tercero desocupado y “estamos en Galicia, se colocó el gallego”. “No hubo más criterio que ese.” “Fue un acto solidario y representativo, sin otra intención”, concluyó la institución educativa.
Por su parte, el BNG ha exigido al PP que termine con la “campaña de calumnias al estilo más puro de Rueda” y que pare de una vez las “maldades, engaños y embates” contra organismos, instituciones y personas a título individual “que muestren crítica hacia su gestión o que no dominen políticamente”. “Estamos viendo al Partido Popular más desbordado que nunca, lanzando ataques contra todo y contra todos, sin respetar ya forma ni persona”, criticó la viceportavoz en la Cámara gallega, Olalla Rodil.
Rodil puso como ejemplo, precisamente, las maniobras que los populares están “orquestando” contra la UDC y su rector, “violando por completo la autonomía universitaria e inclusive poniendo en duda el derecho a la libre expresión”, algo que consideró “imperdonable”.
El Bloque suma a estas campañas los “ataques” al Tribunal Superior de Xustiza de Galiza por fallos como el que detuvo un parque eólico en Mazaricos (A Coruña) debido a que “no se valoró adecuadamente su impacto medioambiental”, y añade la “cuestionamiento” de directivos de la Xunta y el PP a entes como el Consello de Contas o el Instituto Galego de Estatística; unas “maniobras difamatorias” que, para la nacionalista, evidencian que los populares están “muy tensos, muy enfadados y muy inquietos”. Así, Rodil concluye pidiéndoles “algo de calma y serenidad” y “que abandonen el fango político”.















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