Actualidad

¿Donald, el Magnífico? El mandatario norteamericano subraya acciones de una autoridad desmedida

8939178134.png
Para Donald Trump, ser un "excelente mandatario" implica, más que nunca, ejercer una autoridad ejecutiva de una magnitud rara vez vista en la historia de EE.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Para Donald Trump, ser un “excelente mandatario” implica, más que nunca, ejercer una autoridad ejecutiva de una magnitud rara vez vista en la historia de EE. UU.

Al frente de la nación principal del mundo, ¿llegó Donald Trump al culmen de sus aspiraciones? “Ahora, el anhelo es ser un gran presidente”, le comentó hace poco al mandatario a su nieta Kai, de 18 años, mientras daban un paseo en un vehículo de golf.

Esta charla, difundida por la joven en Instagram, ofrece una visión de las motivaciones del republicano de 79 años, a un año de su reelección.

Para Trump, ser un “excelente mandatario” significa, más que nunca, ejercer una autoridad ejecutiva de una magnitud rara vez vista en la historia de EE. UU.

En las últimas semanas, Trump ha intensificado estas maniobras de poder, buscando represalias contra sus adversarios políticos, desplegando más efectivos militares en diversas ciudades americanas, aplicando censura a los medios y reforzando su control sobre todas las esferas gubernamentales.

Para quienes lo critican, esto suscita serias dudas sobre el imperio de la ley y los excesos de un presidente que admira abiertamente a monarcas y líderes autocráticos, y que recibió una réplica de una corona como obsequio durante un viaje reciente a Corea del Sur.

“Indudablemente, posee un talante autoritario”, señaló Todd Belt, experto en ciencias políticas de la Universidad George Washington.

Aunque Trump fortaleció su autoridad al retomar la Casa Blanca en enero, el asesinato del influyente ultraconservador Charlie Kirk en septiembre “acentuó su visión de ‘nosotros contra ellos'”, explicó.

“Adversarios internos”

La reciente ofensiva de represalias contra sus detractores es quizás el ejemplo más notorio del abuso de poder por parte del presidente.

El Departamento de Justicia ha presentado cargos contra varios de ellos, incluyendo al exasesor de Seguridad Nacional John Bolton y al exdirector del FBI James Comey, tras las exigencias de procesamiento de Trump en plataformas sociales.

Y mientras el gobernante presume de acuerdos de paz en el exterior, dentro de Estados Unidos arremete sin tapujos contra el “enemigo interno”, ya sean progresistas o inmigrantes. Incluso declaró en un discurso ante altos oficiales militares que las metrópolis americanas podrían transformarse en “campos de instrucción” para las tropas.

El viernes, a pesar del estancamiento presupuestario de más de un mes debido a diferencias políticas, Trump, quien rehúsa negociar con los demócratas, organizó una festividad de Halloween en su residencia de Mar-a-Lago, Florida. La temática fue “El Gran Gatsby”, en alusión al opulento personaje ficticio conocido por sus suntuosas reuniones.

A esa misma hora, 42 millones de ciudadanos americanos dejaron de percibir asistencia alimentaria del gobierno federal.

El presidente también intentó silenciar a la prensa. Ha dado mayor preeminencia a comunicadores afines a su movimiento “Make America Great Again” y ha demandado al New York Times, al Wall Street Journal y a la CBS.

Incluso cimentó su influencia dentro de la propia residencia presidencial: demolió el Ala Este de la Casa Blanca para construir un vasto salón de baile, sin requerir consulta ciudadana ni autorización federal.

En los últimos días, Trump ha revivido la posibilidad de un tercer periodo en 2028, si bien pareció retractarse después de que el líder republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, indicara que sería contrario a la Constitución.

“Se ha excedido”

De cara a las elecciones intermedias, que tendrán lugar en un año, es posible que Trump ya haya llegado al punto álgido de su poder.

“Las encuestas sugieren que no maneja tanta holgura como en los primeros diez meses”, comentó a la AFP William Galston, investigador principal de la Brookings Institution. “La gente cree que ha cruzado la línea”.

Un sondeo del Washington Post, ABC News e Ipsos, revelado el domingo, mostró que la mayoría de los votantes estadounidenses considera que Trump ha excedido sus atribuciones. No obstante, también indica que los demócratas apenas se benefician de estas inquietudes.

El mandatario aguarda varias resoluciones cruciales de la Corte Suprema que podrían ampliar la injerencia ejecutiva frente al Congreso y el Poder Judicial.

Si bien esto podría imponer ciertas limitaciones, mucho dependerá de cuán decidido esté Trump a ignorar las costumbres presidenciales establecidas por décadas.

“Cuando un presidente obvia tradiciones bien cimentadas, el cargo adquiere una capacidad mucho mayor de la que se imagina”, alertó Galston.

Cualquier resultado que no suponga un gran revés para los republicanos en las legislativas de 2026, previsiblemente alentará a Trump.

“Si la ciudadanía lo respalda, seguirá adelante”, concluyó Galston.

TRA Digital

GRATIS
VER