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El encéfalo se puede ejercitar con frío y malestar para disfrutar del deporte, desvela una investigación

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De esta forma, buscamos alterar el entorno de un modo controlable para observar el impacto real de esa modificación", apunta Antonio.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Miami.- La gente puede adiestrar su mente para que disfrute la actividad física e incremente su resistencia al someterse a tensión y malestar, por ejemplo sumergiendo partes del cuerpo en agua helada, según desvela un reciente estudio de científicos brasileños de la Universidad Internacional de Florida (FIU), entrevistados por EFE.

La pesquisa, difundida en el boletín científico ‘Stress & Health’, reveló que individuos sedentarios que sumergían sus manos en un recipiente con hielo por un máximo de tres minutos antes de entrenar reportaron mayor aguante y agrado durante una rutina “intensa” en bicicleta estática.

Para lograr esto, el profesor Marcelo Bigliassi y su alumna Dayanne Antonio, ambos de Brasil, examinaron con un encefalograma los cerebros de 34 voluntarios sanos de entre 18 y 35 años que practicaban “actividad mínima” o nula, y utilizaron inteligencia artificial (IA) para descifrar los datos.

Asimismo, midieron parámetros fisiológicos como la frecuencia cardíaca e implementaron encuestas psicológicas sobre su capacidad para tolerar el ejercicio.

Después de la molestia del frío o una sesión deportiva vigorosa, los participantes manifestaron una “vivencia más placentera y estados anímicos favorables” a pesar de haber “experimentado bastante incomodidad, sufrimiento y tensión”, señala el catedrático, quien califica los hallazgos de “contrarios a la intuición”.

Esto sucede porque “se modifican los parámetros de referencia” del dolor “durante este tipo de ejercicios de exposición previos al entrenamiento”.

Bigliassi confía en que esto motive nuevas pautas para ejercitarse, justo cuando casi tres de cada cuatro habitantes de EE. UU., el 73,6 %, presenta sobrepeso u obesidad, y menos de una cuarta parte, el 24,2 %, se ejercita lo suficiente, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

La investigadora Antonio concuerda en que los resultados sugieren que “quizás ahora existe una vía para transformar la forma en que las personas perciben el ejercicio y cómo se relacionan con su propio cuerpo en su día a día”.

“Porque, si comenzamos a cambiar su modo de pensar, pueden empezar a modificar todo cuanto les rodea. Por eso creo que este es el aspecto más interesante de esta línea de investigación en particular”, comenta la científica brasileña.

La experta considera que los descubrimientos del análisis pueden ser útiles para quienes actualmente no disfrutan de la actividad física, además de confirmar que el mejor método de entrenamiento es el gradual, con un aumento paulatino del nivel de exigencia y tensión, lo cual potenciará el bienestar corporal.

Estos resultados se divulgan en un momento en que una práctica de baños helados gana popularidad entre atletas en las plataformas sociales.

Ambos expertos aclaran que, si bien hay evidencia de que sumergirse en hielo favorece la recuperación posterior al entrenamiento, su estudio se enfoca primordialmente en las ventajas de hacerlo antes de la actividad física.

“Lo usan como una estrategia de recuperación, por lo que no guarda relación con lo que nosotros estamos realizando, ya que, en nuestro caso, empleamos la presión del frío como una prueba de laboratorio. De esta forma, buscamos alterar el entorno de un modo controlable para observar el impacto real de esa modificación”, apunta Antonio.

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