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Se realza, por un motivo extra a considerar, el sufrimiento infligido a la comunidad, a las 236 familias que sufrieron la pérdida de seres queridos y a más de cien víctimas que padecieron heridas de diversa consideración hace siete meses por el derrumbe del techo de la discoteca Jet Set, una catástrofe que quebró con lamentos de angustia y fatalidad la madrugada del 8 de abril último.
Les preocupa la perspectiva de que la resolución del aparato judicial no esté a la altura, con sus fallos definitivos, y luego de un devenir que critican por pausado, de la magnitud e impacto del evento que sumió en aflicciones y aniquiló instantáneamente el porvenir de muchas personas situadas sin precaución bajo una cubierta destinada al colapso.
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Con base en la imputación de cargos finalmente presentados por la Fiscalía, los dueños estaban plenamente conscientes de la insuficiencia del inmueble para albergar a cualquier aforo y sobre el cual reposaban equipos pesados instalados sin un estudio previo de ingeniería acerca de la solidez de la cubierta. Igualmente lo confirmaron los asalariados del local con mayor conocimiento sobre el estado precario de aquel cemento de considerable peso.
Los deudos desconsolados sufren por una profunda llaga moral de consecuencias fatales considerables que se pudo haber prevenido con diligencias a tiempo y responsables para que el suceso no sirviera hoy, por sus antecedentes y los detalles más desgarradores, para conformar un expediente que niega rotundamente lo accidental.
Pese a las dudas de los allegados, los factores que agravaron la situación previa al funesto caer de aquella mole dotan a las cortes de pruebas sustanciales para imponer penas superiores a las habituales; a partir de la dimensión de lo acontecido aplicando, guardando el respeto a los marcos y a los procesos, una facultad que dé satisfacción a la ciudadanía.
Las omisiones e irresponsabilidades de extrema seriedad justifican fallos severos y la obligación judicial de compensar a las familias afectadas por muertes no intencionales resulta ineludible. Toda inobservancia en este aspecto acarrea penalizaciones añadidas.















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