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Estados Unidos admite haber sumergido 20 naves y provocado 75 decesos en el Caribe y Pacífico.
EEUU hundió 20 buques y resultó en la muerte de 75 individuos durante su campaña antinarcóticos. Además, una persona está desaparecida, a raíz de una serie de agresiones llevadas a cabo en aguas caribeñas y pacíficas como parte de su relanzada lucha contra el tráfico de drogas.
Bajo el pretexto de luchar contra carteles latinoamericanos vistos por la administración de Donald Trump como agrupaciones terroristas, Washington proclamó un “enfrentamiento bélico directo” que, afirma, valida sus acciones militares en aguas internacionales.
La incursión se inició en agosto, con el envío de navíos norteamericanos al Caribe, apuntando principalmente a Venezuela, y más tarde se expandió al Pacífico, incluyendo a Colombia.
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Los ejecutivos de Nicolás Maduro y Gustavo Petro tacharon las agresiones de homicidios y fusilamientos sin juicio, mientras que la ONU los catalogó como transgresiones al derecho internacional, requiriendo su cese inmediato.
Conforme a una relación cronológica divulgada por medios internacionales, el primer asalto tuvo lugar el 2 de septiembre, momento en que Estados Unidos informó haber destruido una lancha supuestamente afiliada al Tren de Aragua, con once sujetos a bordo. Desde ese momento, se han sucedido más de una docena de bombardeos, todos con víctimas mortales.
Entre los sucesos más graves se encuentra el del 28 de octubre, cuando el Pentágono reportó el ataque simultáneo a cuatro embarcaciones en el Pacífico, dejando 14 fallecidos y un ausente.
El Ministerio de Guerra estadounidense, dirigido por Pete Hegseth, ha defendido la legalidad de las operaciones, aduciendo que todos los navíos “transportaban estupefacientes” o “brindaban soporte a redes criminales transnacionales”. No obstante, Washington no ha presentado evidencia definitiva sobre los supuestos lazos de los fenecidos con el narcotráfico.
Organizaciones pro derechos humanos y gobiernos de la zona alertan sobre la intensificación militar en aguas latinoamericanas, advirtiendo que el operativo podría desembocar en un conflicto abierto con repercusiones inciertas para la estabilidad del Caribe y Sudamérica.
ACN/MAS/Agencias
