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Es habitual observar núcleos familiares enteros inmersos en este deporte, forjando un legado que perdurará por varias generaciones.
¡Hola, apasionados! Siempre se ha comentado que el golf goza de dos beneficios notables sobre la mayoría de otras disciplinas deportivas: la primera es la larga etapa en la que uno puede seguir practicándolo, y la segunda es que es uno de los pocos deportes donde todos los integrantes de un grupo familiar pueden participar. Hace poco escribí sobre esto y el reciente fin de semana me impulsó a retomar el tema, dada la gran cantidad de familias involucradas en competencias de golf. Pude presenciar tres eventos que confirman esta idea y aquí se los relato: el primero fue el Torneo Green Garden Cup que organizamos en el Hard Rock Golf Course. Su directivo, el Señor Juan Arimón, estuvo rodeado de su familia (su cónyuge Alexandre, y sus cuatro descendientes: Cristina, Bosco, Jaime y Eduardo). Se percibe claramente que la familia es prioritaria para ellos, y lo expresan al conversar, incluso mencionando el papel que cada uno desempeña en la empresa que aporta más de 10,000 empleados al país.
El domingo asistí a la clausura de la Copa Corrie, donde el equipo del Interior derrotó al del Distrito en enfrentamientos sumamente emocionantes. También aquí fue evidente la presencia familiar en el golf, comenzando por Manuel Luna, capitán del equipo triunfador, quien estuvo acompañado por su progenitor Tulio, su madre Ingrid, y sus hijos Montserrat y Marko. Pero también por allí se encontraban Robert Guerra, padre de Juan José; Sebastián Ramos, respaldado por sus padres Pedro Pablo y Tzeitel; los hermanos Peter y John Paul Garrido; Carlos Arias y Waldo Aguasvivas (tío y sobrino); Brenda Corrie-Kuehn con sus hijos Taylor y Rachel; Santino Doglioli estuvo con sus padres Alberto y Jaqueline; Raquel Quesada apoyaba a su vástago Rodrigo Huerta, quien a su vez tenía allí a su padre Roberto Jr., y a su abuelo Roberto Sr. Katherine y Alejandro brindaron aliento a Rhadamés Peña (esposa e hijo, respectivamente). Su madre Juana también estuvo en Punta Espada y Marco Polanco contó con el apoyo de sus padres Hugo y Rosa.
Luego me trasladé al torneo Los Abuelitos, que se desarrollaba en La Estancia, y allí me encontré con Mariel Villalona y su pareja Shalim, y más tarde se unió su padre, Rafael Villalona. Vi a Rafael Romero junto a su esposa Carmen. El organizador del evento, Alberto González, llegó acompañado de su madre y su tía; el golfista español Miguel Ángel Jiménez andaba con su fiel esposa Susana, y en el campo de juego vi parientes y primos apoyando la noble causa a beneficio del Hogar de Ancianos Padre Abreu de La Romana. Salvatore Bonarelli organizó la edición número 18 del Torneo Mitre, y todo su círculo familiar (tanto de origen como el propio) estuvo a su lado.
Definitivamente, el golf une y brinda una magnífica ocasión para compartir, sobre todo en estos tiempos donde observamos tantos núcleos familiares desunidos y con intereses distintos. Animen a sus seres queridos a jugar al golf. No se arrepentirán.
P.D.: Si omití algún nombre, no me culpen, ya que estas líneas se me ocurrieron en la madrugada de ayer. (*) Redes: @fiebredegolf en Instagram, Facebook y Twitter.















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