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Decrece el respaldo al manejo de Trump, también entre los del partido republicano, indica encuesta

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El 36% de los americanos aprueban globalmente su desempeño en la presidencia, lo cual se asemeja al 37% logrado en un sondeo anterior de AP-NORC realizado en octubre.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

WASHINGTON — La aceptación de la gestión del mandatario por parte del presidente Donald Trump ha mermado considerablemente desde que comenzó su segundo periodo, según un sondeo reciente de AP-NORC. Gran parte del descontento procede de los propios republicanos.

El estudio de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research se realizó tras las recientes victorias demócratas en las elecciones de medio término, pero antes de que el Congreso adoptara medidas significativas para intentar finalizar la paralización gubernamental más extensa de la historia estadounidense. Muestra que apenas un 33% de los adultos en EE. UU. valora positivamente la administración del presidente republicano, un descenso frente al 43% registrado en una encuesta previa de AP-NORC en marzo.

Esto se debe mayormente a una baja en su respaldo entre los republicanos e independientes. Conforme a la investigación, solo cerca del 68%, o sea, dos terceras partes de los republicanos, expresaron estar de acuerdo con el manejo del gobierno por parte del líder, comparado con el 81% de marzo. El apoyo entre los ciudadanos sin afiliación partidista cayó del 38% al 25%.

Los resultados evidencian los riesgos que implica el cierre del gobierno, el cual Trump y su equipo han procurado cargar directamente a los demócratas, a pesar de que los estadounidenses culpan a ambas formaciones políticas; la carencia de fondos ha complicado el transporte aéreo, ha dejado a cientos de miles de empleados federales sin sueldo y ha puesto en peligro la asistencia alimentaria para algunos de los ciudadanos más desfavorecidos. Sin embargo, también podría sugerir una insatisfacción más amplia con otras transformaciones drásticas —y divisivas— implementadas por Trump en el aparato federal en los pasados meses, como la disolución de entidades y las sucesivas destituciones masivas.

En términos generales, los republicanos se han mantenido firmes en su respaldo al presidente, lo que hace especialmente llamativo su creciente malestar.

“Me encuentro sumamente inquieta por el cese de actividades gubernamentales que supera los 40 días”, manifestó Beverly Lucas, de 78 años, una republicana y educadora retirada que reside en Ormond Beach, Florida, quien comparó el segundo mandato de Trump con “tener a un niño caprichoso en la Casa Blanca, con autoridad ilimitada”.

“Mientras la gente pasaba hambre, él celebraba”, comentó, refiriéndose a un festejo de Halloween estilo El Gran Gatsby en el club Mar-a-Lago de Trump en Florida. “Me pareció una falta de sensibilidad”.

La encuesta detectó que una mayoría abrumadora de demócratas, un 95%, continúa desestimando la gestión federal de Trump, frente al 89% de marzo.

A pesar de la disminución en la aprobación de su gestión, la valoración general del mandatario se ha mantenido estable en el nuevo estudio. El 36% de los americanos aprueban globalmente su desempeño en la presidencia, lo cual se asemeja al 37% logrado en un sondeo anterior de AP-NORC realizado en octubre. La aceptación de su manejo de temas cruciales como la inmigración y la economía también ha variado poco desde el mes pasado.

La sanidad se alzó como un punto central en la disputa por el cierre, ya que los demócratas exigieron a los republicanos negociar para extender las desgravaciones fiscales que vencen el 1 de enero. Pero la aprobación del líder en este tema, que ya era bastante reducida, apenas ha variado.

Cerca de un tercio de los estadounidenses, el 34%, indicó aprobar el modo en que Trump aborda la asistencia sanitaria en el estudio de noviembre, en contraste con el 31% de octubre.

Y muchos de sus seguidores aún lo respaldan. Susan McDuffie, de 74 años, una republicana en Carson City, Nevada, retirada hace unos años, afirmó tener “mucha fe en Trump” y cree que el país va encaminado correctamente. Ella atribuye a los demócratas el paro y las penurias generadas.

“Sencillamente no comprendo cómo los demócratas pueden mostrar tan poca preocupación por la gente”, señaló, desestimando la idea de que dicho partido intenta utilizar el cese para forzar a los republicanos a atender el alza inminente en los costos sanitarios.

“No tengo paciencia para las bajas justificaciones de los demócratas”, sentenció, argumentando que las personas alarmadas por la expiración de los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) y que luchan por llevar alimento a su mesa son una preocupación más prioritaria.

Respecto al cierre, todavía hay suficiente culpabilidad que repartir. Estudios recientes sugieren que, si bien los republicanos podrían estar acaparando algo más de reproche, muchos opinan que los demócratas también son responsables.

“De verdad pienso que es culpa de todos. Todos están siendo obstinados”, comentó Nora Bailey, de 33 años y de ideología moderada, residente en la zona de Batesville en Arkansas, que no se adhiere a ningún partido.

Tras dar a luz recientemente, relató que experimentó demoras para conseguir un sacaleches mediante un programa gubernamental que apoya a las madres primerizas mientras su bebé estaba en cuidados intensivos. Y le angustian sus progenitores con discapacidad, quienes dependen de los vales de comida SNAP.

En general, manifestó tener sentimientos encontrados sobre el manejo laboral de Trump y desaprueba su dirección del gobierno federal porque cree que no ha sido lo suficientemente enérgico para atajar el despilfarro.

“No percibo que se haya hecho lo suficiente aún para convencerme de que hemos reducido el tamaño del Estado federal en lugar de tener todo este personal sobrante”, expresó.

Es posible que la valoración que Trump recibe por el manejo del gobierno federal se mejore si se reanudan las operaciones. Pero el enfrentamiento podría dejar una huella más prolongada en la percepción del presidente, cuya aprobación en temas como la economía y la inmigración ha caído levemente desde la primavera.

Lucas, la republicana de Florida, indicó que las suspensiones donde los ciudadanos no reciben sus haberes son la manera equivocada de gestionar el disentimiento ideológico.

“¿Los controladores aéreos? ¿De verdad? ¿Pretenden dejar sin paga a quienes tienen su vida en sus manos a diario?”, cuestionó. “Necesitamos resolver estos conflictos como individuos inteligentes y no como bravucones y abusones del patio de recreo”.

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