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Paula Leitón (Terrassa, 24 años) mide 1,88 y figura entre las mejores boyas de waterpolo del orbe. Cuando nació, a su progenitora le aseguraron que sería menudita. Aún se divierten recordando esa anécdota. Tras obtener el oro con España en los Juegos Olímpicos de París, comenzó a recibir improperios en redes sociales por su aspecto físico (“¿Alguien sabe si flota o se hunde?” “¿Nadie te tomará en serio si no adelgazas?”, por nombrar algunos). Resolvió que su papel en el agua sería seguir anotando y defendiendo, pero fuera podía ser un ejemplo para alentar la diversidad de cuerpos. Lo relata en su volumen “XXL” (Plataforma Editorial). Entre un ensayo y otro, saca tiempo “para avanzar temas de la universidad [desea ser profesora de educación física y difundir sus ideales]” y para esta charla, antes de regresar a la piscina.
Menudo contraste, en dos días pasa de la euforia del metal dorado al revuelo por las vejaciones de gordofobia.
Se pusieron en contacto conmigo en una cadena de televisión para una entrevista y yo imaginaba que el tema sería el oro que acabábamos de conquistar. Al entrar en directo, lo primero fue la presentación, el vídeo de Paula Leitón, qué sé yo, y apareció el titular: “Ataques gordofóbicos a Paula Leitón”. Recuerdo la expresión que puse, de pensar: “No sé qué ha ocurrido, esto me parece que no es a mí, creo que se han equivocado ellos”. No lo anticipaba.
Utiliza las redes sociales. ¿No le había llegado nada?
No, aparte es cierto que durante los últimos dos días de Juegos, tras la medalla, que pasamos 48 horas en la Villa antes de marchar, apenas revisaba el móvil. Era como: Paula, goza el instante, son los dos últimos días de los Juegos, has invertido 20 días en prepararte y competir para lograrlo. Era el momento de estar con las compañeras, disfrutar también de todo lo que ofrece la Villa, algo que no puedes hacer en modo de competición.
¿Cuándo concibe la idea de redactar un libro?
Uno o dos meses después del verano, Plataforma Editorial me contactó a través de la agencia que me representaba, pues deseaban editar un libro. Es verdad que conté con un redactor, no lo escribí yo directamente, y al final era algo que siempre había anhelado. Dicen que en la vida uno debe plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, pues bueno… Se presentó la ocasión y me dije: “¿Por qué no?”. Al fin y al cabo es un texto que puede asistir a muchísimas personas.
“El libro me ha servido mucho para redescubrir facetas de la Paula que había olvidado”
¿Y le ha sido de utilidad a usted?
Sí. Al final, ha sido un proceso de días y meses, de investigar, preguntar, de mirar en mi interior, y me ha asistido mucho para reconectar con aspectos de mi persona que ya no recordaba, o que había dejado un poco atrás con el paso del tiempo, o para rememorar vivencias de hace muchos años. Ha sido gratificante.
Recuerda cosas que tenía olvidadas…
Totalmente, cosas muy positivas, pero también negativas. Ha sido como un ejercicio de introspección y pensar: “Vaya, de esto no me acordaba porque lo había borrado, porque quizás no me agradaba, pero ahora debo sacarlo a la luz”. Preguntar a mis amigas, a mis padres, revivirlo con ellos, es bonito que hayan colaborado a construir la historia que yo había dejado atrás por ser muy joven o por haber priorizado otros recuerdos.
No es un libro sobre acoso escolar, ya desde niña se percibe de algún modo que está empoderada.
Sí, bueno, yo creo que ha sido también gracias a mi familia. He sido muy afortunada de crecer en el ambiente en el que crecí y eso igualmente me ha ayudado a ser desde muy pequeña una chica, como bien señalas, con empoderamiento. Me han inculcado verlo con la naturalidad que tiene y con la naturalidad con que todo el mundo debería percibirlo.
Pero también reconoce que si le hubiera sucedido hace 10 años, quizás…
Claro, al final, he ganado la madurez que tengo con los años y a través de las vivencias; tal vez si esto me hubiera acontecido hace unos años, a lo mejor no lo habría sabido manejar o no habría sabido cómo gestionarlo.
“Siempre he sido robusta. Al nacer, el médico dijo: ‘Será una niña pequeña’. Desde los dos años no figuraba en ningún percentil”
Cuando vino al mundo dijeron que sería menudita…
Sí, mi madre siempre me comenta que nací muy pequeña y el médico le decía: “Será una niña pequeña”. Y mi madre rehúye decir que cuando me llevó a los dos años le comentó: “Mira, la niña pequeña de la que hablabas”. Mi progenitora siempre dice: “Cariño, tú a partir de los dos años jamás has estado en un percentil”.
Entonces no hubo un momento de crecimiento acelerado.
Siempre he sido de complexión grande.
Las redes sociales son algo beneficioso, pero también tienen la capacidad de infligir daño.
Considero que las redes sociales son un instrumento que si se usa correctamente puede ser de gran ayuda, pero si se utiliza mal puede ser destructivo. Todo el mundo las emplea y creo que debería enseñarse su correcto manejo. Cada vez los teléfonos llegan antes a los niños, y tienen esa inmediatez que nos permite hallar rápido toda la información y lo que deseamos. Esto no ayuda, en el sentido de que nos hace ver que puedes poner tu juicio o un comentario, y como estás tras una pantalla parece que no importa. Se debe hacer algo de introspección y pensar, si le dijera esto a otra persona ¿cómo me afectaría a mí? Las palabras tienen consecuencias y hieren.
¿Cree que existe ignorancia o maldad?
Bueno, te diría ignorancia, tenemos tan accesible un simple comentario, una simple frase, escribirla y desaparecer, siendo anónimo o que realmente no te preocupe… Las interacciones personales que solían existir creo que son mucho más frías debido a las redes, por eso diría que es pura ignorancia. Al final es algo novedoso para todos y en lo que todos deberíamos instruirnos y aprender, desde los más jóvenes hasta los mayores.
Alguien deja un comentario, y sigue con su día sin ser consciente de que acaba de…
Destrozar a un individuo. Además, no conoces en qué etapa de su vida se encuentra o qué momento está atravesando.
En el Mundial de 2017 bajó de peso. No se sentía bien, pero el mensaje que recibía era: “Qué bien te ves”. A veces se puede herir sin intención.
Sí, un poco. Yo todo lo enfocaba al ámbito deportivo y pensaba: “¿Por qué la gente me elogia con comentarios? Es que al final no estoy rindiendo, no estoy ofreciendo mi mejor nivel”. Era un poco contradictorio decir: “Es solo porque adelgacé, ¿pero qué pasa con lo que realmente me importa, que es poder rendir?”.
“Aún prevalece una enorme distorsión estética. Lucho por dar visibilidad a la variedad de cuerpos, algo maravilloso que poseemos”
Comenta también que se está poniendo énfasis en la diversidad étnica y sexual, pero no tanto, por ejemplo, en la diversidad corporal. Es más, al contrario, con el tipo de figura que lucen las modelos.
Creo que subsiste una gran perversión estética, sobre todo hacia la mujer, en el sentido de que, como has mencionado, siguen existiendo unos moldes para la moda. Eso se refleja también en las redes sociales, todo el mundo aspira a parecerse a las influencers que aparecen. Este libro es también un pequeño intento de combatir eso y de dar voz a la pluralidad de cuerpos, que al final es algo splendido que tenemos en el mundo y que yo creo que también te ayuda a encontrar tu lugar.
Si hubiera ocurrido lo mismo con un varón, ¿cree que el alboroto habría sido parecido?
Yo creo que no. Pienso que se habría quedado en una simple observación y ya. O no le habrían dado tanta trascendencia, sino que habría sido un simple “ja, ja” entre colegas, ¿no? De comentar: mira lo que me han escrito; algo normalizado, porque ellos no padecen esa presión de ajustarse a unos patrones o de cumplir unos requisitos que nos imponen a nosotras, en el tema de las tallas. Creo que no se le habría otorgado realmente la importancia que merece porque nosotras lo padecemos continuamente.
Ha sucedido con Garbiñe Muguruza, que cuando anunció su retirada se empezó a hablar de que había subido de peso.
Realmente, lo que se estaba haciendo era juzgarla por su físico y no por lo que aportó al deporte. ¿Qué importa si tiene unos kilos de más o de menos una vez que ya ni siquiera compite? Cada persona es como es.
Ya desde niña le costaba incluso escoger vestimenta.
Al final era un poco decir: “¿Por qué no puedo llevar la misma ropa que mis compañeras o mis amigas si tenemos la misma edad?”. Mi madre me hacía ver: “Cariño, tú no puedes ponerte eso porque no hay tallas”. Cómo le explicas a una niña que debe vestirse con ropa que ni siquiera le agrada. Era darle muchas vueltas para hallar lo que realmente te quede bien y te guste.
No se contempla en otras situaciones, como los aviones.
Eso es un disparate. Lo de los aviones, es que a mí las rodillas… Es muy incómodo, ¿qué cuesta añadir un poco más de espacio? Al final es bienestar para todos.
“Algún progenitor me dice que he ayudado a su hijo o hija. Es lo que esperaba del libro, no tanto la recaudación”
¿Ha solicitado consejo a alguien después de lo que le sucedió y de la plataforma que está usando?
Sí he tenido alguna situación de algún padre que me he encontrado por la calle y me ha dicho: mire, gracias, porque ver que una persona que al final es un referente y figura pública cuenta lo que le ha pasado, lo expresa, ha ayudado mucho a mi hija o a mi hijo que han sufrido o están en un TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria); no sabíamos cómo asistirles y solo el poder escucharte y ahora poder leerte ha sido lo que necesitaban. Es lo que deseaba con este libro, más allá de las ventas, que pueda llegar a quien lo precise.
Pasemos a algunas cuestiones deportivas. ¿Cómo marcha su espalda?
Bien, es algo con lo que debo convivir, sí.














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