Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Un buen cuidado bucal minimiza los peligros ligados a los besos.
Los besos, señal universal de cariño y cercanía, siempre han suscitado inquietudes sobre la propagación de dolencias. La ciencia médica —avalada por centros como Mayo Clinic, Cleveland Clinic y la Universidad de Harvard— permite hoy diferenciar los hechos de los mitos y entender mejor los verdaderos riesgos de esta acción tan común.
La cavidad oral alberga un conjunto microbiano muy variado, compuesto por cientos de estirpes de bacterias y virus. La mayoría no son dañinas, pero algunas pueden provocar afecciones bajo las circunstancias adecuadas.
Además, la boca se conecta con los aparatos digestivo y respiratorio, lo que la convierte en una posible ruta de diseminación de microbios. Conforme a Mayo Clinic, “las defensas del organismo y una buena rutina de aseo oral suelen controlar los microorganismos”.
Podría interesarte: Esto le sucede a tu cuerpo si consumes ajo a diario
Estudios recientes han puesto de manifiesto la magnitud del trasvase microbiano al besar: un beso de apenas 10 segundos podría transferir hasta 80 millones de bacterias, según una investigación publicada en *Microbiome*. Si bien esto no implica necesariamente contagio, sí evidencia la intensidad del intercambio biológico durante el contacto íntimo.
No todas las infecciones se propagan por esta vía, pero la evidencia científica señala algunos ejemplos notables:
Herpes simple tipo 1 (HSV-1) y tipo 2 (HSV-2): El primero causa herpes labial y puede transmitirse incluso sin signos visibles. El segundo, más asociado a la transmisión genital, también puede pasarse por contacto oral, particularmente en prácticas orogenitales.
Citomegalovirus (CMV): Se transmite a través de la saliva y otros fluidos corporales. En individuos sanos usualmente no se nota, pero en aquellos con defensas bajas puede provocar complicaciones.
Virus de Epstein-Barr (EBV): Es el responsable de la mononucleosis infecciosa o “enfermedad del beso”. Se esparce con facilidad mediante la saliva o al compartir artículos personales.
Sífilis: Puede contagiarse por besos si hay llagas activas en los labios o la boca. El peligro es mayor durante la fase inicial de la enfermedad.
Virus del papiloma humano (VPH): Ciertas cepas de VPH pueden contagiarse por vía oral y estar vinculadas a cánceres orofaríngeos. La inmunización disminuye sustancialmente el riesgo.
Gonorrea: Investigaciones recientes han conectado los besos profundos con un incremento de casos de gonorrea orofaríngea, sobre todo en determinados grupos de personas.
Viruela símica (mpox): De acuerdo con la OMS y los CDC, puede transmitirse por contacto cercano, incluyendo besos y gotitas salivales.
Numerosas infecciones que preocupan a la gente no se transmiten de este modo:
VIH: La saliva no es un vehículo para el virus. Solo existiría un riesgo mínimo si ambas personas tuvieran heridas sangrantes bucales.
Hepatitis A, B y C: La hepatitis A se propaga por la ruta fecal-oral, mientras que las variantes B y C requieren contacto con sangre u otros fluidos distintos a la saliva.
Clamidia, tricomoniasis y enfermedad inflamatoria pélvica: Todas estas infecciones requieren contacto sexual directo.
Hongos del género *Trichophyton mentagrophytes*: Causantes de la tiña o el pie de atleta, estos no se transmiten al besar, sino por contacto con piel o superficies infectadas.
Ciertas nociones populares generan confusión. Los principales organismos médicos recalcan que la mayoría de las infecciones de transmisión sexual requieren contacto genital o con fluidos corporales específicos, no meros besos.
Las bacterias asociadas a las caries o la gingivitis pueden intercambiarse al besar, pero esto no implica que las caries sean “pegadizas”. El problema surge solo ante una higiene oral deficiente.
Una buena rutina de aseo bucal reduce los peligros asociados a los besos. Se sugiere:
Asearse los dientes como mínimo dos veces al día.
Según la Universidad de Harvard, la boca contiene uno de los ecosistemas microbianos más concentrados del cuerpo humano. Entender este ambiente es crucial para evitar infecciones y mantener la salud oral.
El beso no es solo una expresión de afecto, sino también un trueque biológico natural. Disfrutar de los besos con seguridad implica mantener una buena salud bucal, conocer el propio estado sanitario y mantener una conversación sincera con la pareja. De esta forma, el beso continúa siendo una muestra de cariño… sin ansiedades innecesarias.














Agregar Comentario