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Washington. El ejecutivo federal de Estados Unidos retomó sus funciones ayer, tras 43 jornadas de inactividad, lo que representa la suspensión más extensa en la historia de esa nación. Durante ese lapso, se mermó la circulación aérea, se disminuyeron las ayudas alimentarias para familias con escasos recursos y se forzó a más de un millón de empleados a no percibir remuneración por más de un mes.
En esta jornada inicial de reactivación, las anulaciones de vuelos se moderaron. El Departamento de Transporte y la Administración Federal de Aviación (FAA) informaron que la reducción de servicios será del 6 por ciento, en lugar del 10 por ciento previsto para el viernes antes de la reanudación gubernamental, esto debido a la pausada vuelta de los controladores aéreos.
Asimismo, 42 millones de ciudadanos podrán acceder nuevamente a los beneficios para costear sus alimentos en las 24 horas subsiguientes a la reapertura, según declaró un vocero del Departamento de Agricultura.
Alrededor de 670 mil servidores públicos regresaron a sus labores, y aquellos que laboraron sin paga durante la clausura comenzarán a percibir sus sueldos rezagados el sábado, completándose todos los abonos el miércoles, comunicó la Casa Blanca, a pesar de las advertencias previas de la administración de Donald Trump sobre retener ciertos pagos. Las dependencias que cesaron a personal durante la paralización deberán reintegrar a esos trabajadores en un plazo máximo de cinco días, señaló la oficina de personal federal.















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