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Se prevé que el portaaviones más avanzado de Estados Unidos arribe a las costas de Venezuela en breve, lo que representa una exhibición de poderío militar norteamericano que no se ha visto en Latinoamérica en generaciones, y que busca presionar aún más al gobernante autoritario Nicolás Maduro para que dimita. No obstante, si esto sirve a ese fin o simplemente patrulla el Caribe mientras Estados Unidos…
“Esta es la base de lo que significa la presencia militar estadounidense en Latinoamérica de nuevo”, comentó Elizabeth Dickinson, analista sénior del International Crisis Group para la zona andina. “Y esto ha generado bastante inquietud en Venezuela, pero también en toda la región. Pienso que todos están observando esto con cierta expectación para ver cuán dispuesto está Estados Unidos a emplear realmente la fuerza bélica”. La próxima llegada del Ford supone un momento significativo en la ofensiva de la administración Trump en Sudamérica, catalogada como una operación antinarcóticos. Esta acción intensifica la ya considerable concentración de efectivos militares en la zona, a lo que se suman entrenamientos de bombarderos cerca de la costa venezolana, intervenciones de la CIA autorizadas públicamente dentro del país y ataques a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental que han resultado en más de 75 víctimas mortales.
Estados Unidos ha empleado portaaviones históricamente como instrumentos de disuasión para ejercer presión e influir en otras naciones, frecuentemente sin recurrir al uso directo de la fuerza. Estos buques transportan miles de marinos y decenas de aeronaves de combate capaces de impactar objetivos dentro de un territorio.
El secretario de Estado, Marco Rubio, sostiene que el presidente Donald Trump está concentrado en frenar el flujo de narcóticos hacia Estados Unidos combatiendo a “organizaciones criminales narcoterroristas”. “Eso es lo que ha aprobado. Eso es lo que está haciendo el Ejército. Por eso nuestros recursos están desplegados allí”, declaró a periodistas el miércoles tras reunirse con sus pares del G-7 en Canadá. Pero Rubio también asevera que Estados Unidos no reconoce a Maduro, ampliamente señalado de fraude electoral el año pasado, como líder legítimo de Venezuela, y ha calificado al gobierno venezolano como una “estructura de tránsito” que colabora abiertamente con quienes trafican drogas hacia Estados Unidos.
Algunos expertos indican que el despliegue del Ford apunta más a un cambio de régimen en Venezuela que a la lucha antinarcóticos. “Un portaaviones no aporta nada útil para el combate al narcotráfico”, señaló Dickinson. “Considero que es un mensaje claramente más enfocado en presionar a Caracas”. Bryan Clark, exoficial de submarinos de la Armada y analista de defensa en el Hudson Institute, un centro de pensamiento conservador, explicó que la administración Trump no habría movilizado el Ford “si no tuvieran la intención de utilizarlo”. “Creo que esta administración está bastante abierta a usar la fuerza militar para alcanzar metas específicas”, manifestó Clark. “Opino que querrán ejecutar algunas maniobras militares a menos que Maduro cese en el cargo en el próximo mes o algo por el estilo”.
Tras los informes presentados por Rubio y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, a los legisladores la semana pasada, el congresista Jim Himes, líder demócrata en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, indicó que no dieron señales de que los ataques fueran a cesar, pero tampoco sugirieron que estuvieran dirigidos a derrocar a Maduro, sino que su objetivo eran los traficantes de cocaína. Mark Cancian, coronel retirado de la Marina y asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, anticipa que las embarcaciones de guerra estadounidenses podrían disparar misiles desde otros buques antes de desplegar aviones de combate del país. Agregó que Venezuela posee sistemas de defensa antimisiles relativamente avanzados, de origen ruso, que podrían poner en riesgo a los pilotos estadounidenses. “Debido a que tienen muchos sistemas, algunos son más recientes y todos son móviles, probablemente no lograríamos neutralizarlos a todos”, explicó Cancian. “Así que existe cierto riesgo de que podamos perder algunas aeronaves”.
El gobierno venezolano promovió esta semana una movilización “masiva” de efectivos militares y población civil para defenderse de posibles agresiones de Estados Unidos. El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, declaró en un comunicado que la movilización de “recursos terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos” formaría parte de un ejercicio de preparación de dos días “para hacer frente a las amenazas imperiales”. La televisión estatal exhibió al Ejército, la policía y las milicias en formaciones por todo el territorio. Padrino también ofreció un discurso, transmitido por la cadena nacional, junto a un sistema de misiles tierra-aire en una instalación militar en la capital, Caracas.
Maduro, quien enfrenta acusaciones de narcoterrorismo en Estados Unidos, insiste en que el principal objetivo de la administración Trump es forzar su salida del poder. La facción opositora de Venezuela, respaldada por Estados Unidos, ha renovado su promesa de un cambio inminente en el liderazgo.
David Smilde, profesor de la Universidad de Tulane con más de 30 años estudiando Venezuela, opina que las fuerzas armadas estadounidenses no cuentan con suficiente personal en la zona, ni siquiera con el portaaviones, para llevar a cabo una invasión. “Es coherente con este deseo de mostrar una capacidad disuasoria creíble, que ya poseían”, señaló Smilde sobre el portaaviones. “No altera el balance de fuerzas. No creo que su presencia implique necesariamente un ataque. Simplemente significa que Trump y Hegseth no han olvidado este objetivo, y siguen decididos a buscar un cambio de régimen mediante una demostración de poder”. Smilde argumentó que la oposición venezolana ha manifestado reiteradamente a funcionarios estadounidenses que “solo una amenaza creíble de fuerza” provocaría el colapso del gobierno de Maduro. Para Trump, concluyó, ese sería el mejor resultado de esta operación.
Las acciones de Estados Unidos han encontrado resistencia en la región, en el Congreso y entre agrupaciones de derechos humanos. No obstante, los senadores republicanos votaron la semana pasada para anular una propuesta legislativa que habría limitado la capacidad de Trump para iniciar una agresión contra Venezuela. El presidente colombiano Gustavo Petro, recientemente sancionado por Estados Unidos bajo alegatos de complicidad con el tráfico de drogas, anunció el martes la … hasta que cesen los ataques con el aliado norteamericano. Sin embargo, al día siguiente moderó su postura, afirmando que los intercambios se mantendrían siempre que las dependencias aseguren que no se usarán en acciones que vulneren los derechos humanos.
Rubio desestimó informes que indicaban que el Reino Unido había suspendido parte del intercambio de inteligencia en la región por aprensiones respecto a los ataques, asegurando que los activos estadounidenses en la zona proveen esa información. Estados Unidos no está “pidiendo ayuda a nadie en lo que estamos haciendo, en ningún ámbito. Y eso incluye al Ejército”, afirmó. No obstante, México está intensificando su colaboración con Estados Unidos.















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