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“Estos hallazgos nos acercan a una oncología a la medida en el carcinoma mamario, posibilitando prever qué pacientes se beneficiarán de esquemas terapéuticos combinados y reducir el índice de recidivas tras las terapias hormonales”, comentó el doctor Antoni Hurtado.
Un conjunto internacional de científicos, encabezado por el Centro de Investigaciones Oncológicas (CSIC-Universidad de Salamanca- FICUS), ha descubierto un posible mecanismo involucrado en la falta de respuesta a los tratamientos hormonales en el cáncer de mama luminal, una de las formas más comunes y de manejo más complicado hoy en día.
El estudio, difundido en la revista ‘Nucleic Acids Research’, evidenció que la proteína FOXA1, que opera como un regulador celular que supervisa la proliferación del tumor, altera su función según su grado de acetilación, una “etiqueta química” que, al perderse, torna a la proteína más activa e interactúa con los receptores HER2 y HER3, ayudando al tumor a evadir las terapias que bloquean el receptor de estrógeno, otra proteína que impulsa el crecimiento de muchos cánceres mamarios.
“Estos descubrimientos nos aproximan a una sanidad personalizada en el cáncer de mama, permitiendo determinar de antemano qué pacientes obtendrán provecho de terapias conjuntas y minimizar la proporción de recaídas luego de los tratamientos hormonales. Esto es especialmente significativo para los tumores HER2-low, sobre los cuales el conocimiento es más escaso”, señaló el investigador principal del Centro de Investigaciones Oncológicas y líder del proyecto, Antoni Hurtado.
Los expertos también verificaron en modelos celulares y animales que la activación de HER2/HER3 induce la desacetilación de FOXA1, lo que le permite evadir el control hormonal y activar genes ligados a un peor pronóstico y menor efectividad ante ciertos tratamientos como el fulvestrant, medicamento usado en la segunda línea de abordaje del carcinoma mamario luminal.
Del mismo modo, revelaron que una proteína denominada HDAC2 cumple una función “crucial” en la manera en que ciertas señales promueven la expansión tumoral, actuando como un interruptor que facilita la operatividad de las señales de HER2 y HER3.
MECANISMOS PARA INHIBIR HDAC2
Por esta razón, los investigadores indicaron que el desarrollo de nuevas estrategias para inhibir HDAC2 podría tener una “alta repercusión clínica” para frenar el cáncer, dado que el uso de inhibidores selectivos de histona desacetilasas (HDAC), como la romidepsina, ha logrado restablecer la regulación hormonal del crecimiento de las células cancerosas, abriendo camino a ensayos clínicos más individualizados y nuevas combinaciones de tratamientos.
Además, destacaron la sinergia de terapias dirigidas contra la señalización de HER2/HER3 y el receptor de estrógeno, las cuales han demostrado capacidad para revertir la resistencia en neoplasias HER2-low.
Este tipo de afecciones no presentan tanto HER2 como las más agresivas, pero tampoco está ausente en ellas, por lo que responden de manera distinta a las intervenciones y se vuelve imperativo buscar abordajes específicos para ellas.
La investigación fue codirigida por la investigadora Sandra López, del Equipo de Genómica Funcional del Cáncer del Centro de Investigaciones Oncológicas (CSIC-Universidad de Salamanca-FICUS) y del Grupo de Regulación del Ciclo Celular (anteriormente en el Instituto de Biociencias de la Universidad de Oslo y actualmente en el Instituto de Biología Funcional y Genómica (USAL-CSIC)).
Los descubrimientos son fruto de una colaboración con el Institute of Biosciences (Universidad de Oslo, Suecia), el Institute for Cancer Research (Norwegian Radium Hospital, Noruega) y otros centros punteros en Europa, y ha sido financiada a través del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea y del Ministerio de Ciencia y Tecnología del Gobierno español.














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