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MIAMI, 15 de noviembre.- El presidente Donald Trump ha declarado que la vieja estrategia estadounidense de detener embarcaciones sospechosas de transportar estupefacientes en aguas internacionales ha sido un completo fiasco, al justificar las recientes agresiones militares contra dichos navíos.
“Llevamos 30 años con eso”, comentó el mes pasado, “y no ha servido de nada”.
Las declaraciones de Trump se produjeron justo cuando la Guardia Costera de EE. UU. (USCG) informó haber alcanzado un máximo histórico en decomisos de cocaína: 225 toneladas de la sustancia durante el año pasado. A pesar de este logro, el líder republicano no ha dudado en modificar drásticamente la dirección de la lucha antidroga de Estados Unidos tras décadas de mantener la misma línea.
Durante la administración de Trump, las fuerzas armadas de EE. UU. han hundido 20 barcos presuntamente involucrados en el tráfico de drogas —ocasionando 80 fallecimientos— en el Pacífico y el Caribe. Trump y otros altos funcionarios insisten en que estos barcos son manejados por terroristas ligados al narcotráfico y miembros de organizaciones criminales que llevan sustancias mortales hacia territorio norteamericano.
Estas acciones han provocado críticas de líderes de otras naciones y organizaciones de defensa de los derechos humanos. También han sonado voces disidentes dentro de la política estadounidense, tanto demócratas como algunos republicanos, preocupados por la percepción de que Estados Unidos está cometiendo ejecuciones al margen de la ley, lo cual menoscaba su imagen global.
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